Adolfo Aguirre, secretario de relaciones internacionales de la CTA Autónoma, disertó este jueves sobre «Economía Digital: desafíos para los trabajadores» en el Labour 20 (#L20), que reúne a los líderes sindicales del mundo para presentar las demandas de la clase trabajadora al G20.
La digitalización está contribuyendo a la fragmentación del trabajo y de las relaciones laborales. Esto trae como resultado el descarte social con compañías de plataformas online, incluyendo compañías de transporte compartido (“ride-sharing”) como Uber y de servicios de producción a destajo (“piece-work service”) como Mechanical Turk y UpWork, que crecen y hacen lobby por más y más desregulación.
El panel sobre “Economía Digital: desafíos para los trabajadores» del L-20 estuvo integrado por Alke Boessiger, vice secretario general de UNI (la federación global de trabajadores de servicios); Rashmi Banga, economista senior UNCTAD (Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo); Adolfo Aguirre, secretario de relaciones internacionales de la CTA-A; Mikhail Shamakov, de la FNPR, (Federación de Sindicatos Independientes de Rusia); G. Sanjeeva Reddy, de la INTUC (Congreso Nacional de Sindicatos de la India); Kwon Heo, de la FKTU (Federación de Sindicatos de Corea del Sur)
«Toda estrategia para abordar las economías digitales y la digitalización de la actividad económica debe contemplar un enfoque que empalme con los principios de una transición justa con foco en los derechos laborales», advirtió Adolfo Aguirre en el inicio de su disertación. Y amplió: «La pandemia ha servido de catalizador de procesos ya vigentes, ha acentuado el malestar social y político y la brechas en y entre países. Si la capacidad algorítmica se hubiese destinado a la salud, la pandemia no se hubiese producido».
Para el dirigente, «si la tecnología es solo apropiación de quien maneja o posee el algoritmo, todo se reduce a apropiación del capital. ¿Cómo se distribuyen/socializan los rendimientos del avance tecnológico?»
Asimismo, denunció que «el trabajo digital le permite al capitalismo mayor precarización y extracción de plusvalía. La relación construida en el trabajo de plataformas es enmascarada como relación comercial/de servicio en lugar de lo que es: una relación laboral asimétrica», ya que «la nueva mercancía es conocimiento e información circulando en el universo hiperconectado de los sistemas de información, el trabajo remoto y las redes. Hay que reconocer y señalar los términos, condiciones y dinámicas de esta nueva cadena de producción».
Aguirre dejó un mensaje para los gremios: «Los métodos de organización y acción ya no son suficientes para abordar esta situación. Proteger los derechos del trabajador no puede hacerse con las herramientas viejas. Las estructuras sindicales deben cambiar para afrontar esta nueva situación». Y subrayó: «Podemos identificar cuatro grandes grupos de trabajadores dentro de la economía digital: profesionales, no-profesionales, trabajadores de apps precarizados y una subdivisión entre quienes tienen acceso y quienes no tienen a la conectividad».
El secretario de relaciones internacionales de la CTA-A concluyó su disertación afirmando que esta situación «demanda una política activa de inversión en las capacidades humanas y materiales que sostienen a la economía digital, del conocimiento y de los datos».
Además, durante el encuentro del L20, la especialista en economía de la innovación, Mariana Mazzucato afirmó que “el green deal mundial necesita de un nuevo contrato social, de asociaciones simbióticas y no parasitarias, nuevas formas de finanzas, de cooperación, de nuevos tipos de préstamos, de fondos de recuperación, de compromisos para la reducción de emisiones, necesitamos producir e innovar”.
En tanto que, el secretario de Hacienda del Ministerio de Economía de la Argentina, Raúl Rigo, indicó: “Apuntamos a encontrar el equilibrio en un sendero de sostenibilidad fiscal a mediano plazo en la medida que el gasto público, el impulso del Estado, esté orientado a financiar el crecimiento económico, la creación de empleo genuino, acompañar y financiar la recuperación del tejido económico, industrial, comercial y el saber hacer social mermado por las consecuencias sanitarias y económicas de la pandemia”.