El secretario de relaciones internacionales de la CTA-A, Adolfo Aguirre, participó este miércoles del Seminario: “Adolescentes: el acceso al trabajo decente y el desafío de la protección”, organizado por la OIT. “Necesitamos construir una humanidad donde quepamos todas y todos”, sostuvo.
Se trata del tercer encuentro del ciclo de seminarios virtuales “Determinantes del trabajo infantil y políticas públicas en Argentina”, en el marco del Año Internacional para la Eliminación del Trabajo Infantil, que presenta la Organización Internacional del Trabajo (OIT). Adolfo Aguirre estuvo encargado del cierre del seminario.
Además, participaron Natalia Gadea, jefa del Observatorio de la Superintendencia de Riesgos del Trabajo (SRT), Investigaciones; Guillermo Federico Zone, inspector del Registro Nacional de Trabajadores Rurales y Empleadores (RENATRE); María Belén Noceti, antropóloga, Investigadora del CONICET, directora del Grupo de Investigaciones Cualitativas y Etnográficas del Sur (GICES); y Silvia Kutscher, directora de Inspección del Trabajo Infantil, Adolescente e Indicios de Explotación Laboral del Ministerio de Trabajo.
“Los guiones pre-pandémicos, tanto en políticas públicas como en la búsqueda de soluciones inmediatas, ya no sirven. Necesitamos un plan donde no se naturalice esta forma de desarrollo laboral en la que no predominan los derechos. Estamos conviviendo con un esquema de producción pre capitalista que coexiste con un esquema fordista que se está agotando, y la pandemia adelantó o aceleró el proceso de digitalización que convierte a los datos en mercancía”, subrayó Aguirre. Y agregó: “Hoy hablamos con adolescentes para conocer y promover derechos pero la digitalización habla con ellos y disputa sus sentidos, en una carrera vertiginosa donde pensamos que tendríamos política para controlar todo esto, cuando no es tal cosa”.
Manifestó la importancia de fortalecer “el trabajo protegido adolescente, que no descanse solamente en la sociedad civil y las organizaciones sindicales, sino que sea un asunto de Estado a fin de abordar el déficit de ciudadanía que se genera entre nuestros jóvenes”, por eso, también hay que “alentar la formación de las familias en materia de derechos laborales y de la niñez, esto implica defender los derechos laborales, sociales y políticos tan atacados en la región”
Llamó a construir “una agenda junto al Estado y aquellos empleadores no explotadores que reconocen y necesitan de la formación de trabajo digno. No hay otra herramienta para garantizar eso en una democracia consolidada como la argentina que el Estado, en movimiento coordinado y en ocasiones disputado junto a los sindicatos, la investigación, para construir una humanidad donde quepamos todas y todos”.
El dirigente manifestó que “desde la CTA-Autónoma nos hemos involucrado en el tema más complejo del mundo del trabajo que es la informalidad, dentro de la cual conviven más de 20 formas de contratación. Hemos decidido tomar este tema por dos razones: una porque nuestros orígenes como Central apuntan dar respuesta a quien busca trabajo, a quien trabaja y a quienes trabajaron, pero entendemos que a partir de la pandemia, no solo se desordenó todo, sino que se visibilizó aquello que ya sabíamos de este universo de millones de personas que sobreviven y se desarrollan en el marco de la informalidad. En ese sentido, hemos trabajado junto a la Oficina de Actividades para los Trabajadores (ACTRAV-OIT) en la Resolución 204, que nos empuja a los tres mandantes (gobiernos, empresarios y trabajo) a encarar y conducir la transición de la informalidad al trabajo formal con el objetivo de establecer un planeamiento, una hoja de ruta para actuar sobre los mercados de trabajo regionales”.
Afirmó Aguirre que se requiere “una respuesta de orden público que genere un shock distributivo” ya que “la pandemia ha acentuado el hundimiento de los ingresos de los hogares, disparando la búsqueda de ingresos en fricción con los derechos. Planteamos un salario básico universal, posible de ser financiado en un país con tantas riquezas, a fin de avanzar en materia de derechos progresivos. Hay una disputa vigente en regresión de derechos, donde la rentabilidad empresarial avanza sobre el pago de salarios justo. También el Estado empleador es un gran precarizador”.
Por último, subrayó que “nos interesa que en la Argentina haya un guión para impedir que la situación actual en nuestro país empeore, para desandar la tecnología del saqueo que comenzó con el Consenso de Washington y construir la tecnología de la justicia social con trabajo digno, que acompañe el tramo en el que como ciudadanos somos cuidados y cuidamos”.
Línea de acción de CTA-A
- Trabajar en la generación de empleo decente para adultos en las regiones en donde más hay trabajo informal
- Afianzar el proyecto de transición de la informalidad a la economía formal que realizan en conjunto ACTRAV-OIT y la CTA-A
- Consolidar espacios de cuidados: guarderías, jardines o espacios educativos para contener a niños y niñas mientras madres y padres trabajan. Deben estar garantizadas en todo espacio de trabajo.
- Fomentar de programas de ayuda a las familias (AUH, IFE, etc.), que garanticen un ingreso mínimo a las familias para evitar que los niños y niñas tengan que salir a trabajar por cuestiones económicas