En el marco del proyecto para el fortalecimiento de la transición de la economía informal a la formalidad que realizan en conjunto la Secretaría de Relaciones Internacionales de la CTA-Autónoma y la OIT se conocieron este miércoles las experiencias y estrategias de la clase trabajadora en el AMBA para terminar con este flagelo.
El “Proyecto para el fortalecimiento de la transición de la economía informal a la formalidad” comenzó a desarrollarse esta semana en la Argentina y continuará hasta fin de año en cuatro bloques geográficos: AMBA, Zona Pampeana, Noroeste y Noreste. Este martes y miércoles comenzó esta ambiciosa propuesta con el tratamiento y estudio sobre el Área Metropolitana de Buenos Aires. Más de 75 representantes de organizaciones de la CTA-A participaron de esta segunda jornada contando las experiencias sobre la precarización. También se dieron cita representantes de la CGT y la CTA-T.
El proyecto es un esfuerzo común entre la Secretaría de Relaciones Internacionales de la CTA-Autónoma y la Oficina de Actividades para los Trabajadores (ACTRAV), que es el principal vínculo entre la OIT y el mundo del trabajo a través de uno de sus constituyentes: las organizaciones sindicales. Tiene como horizonte la Recomendación 204 sobre la transición de la economía informal a la economía formal adoptada por la Conferencia Internacional del Trabajo (CIT) en junio de 2015, es el primer instrumento internacional que hace referencia específicamente a este punto.
La apertura de la segunda jornada estuvo a cargo de Adolfo Aguirre, secretario de Relaciones Internacionales de la CTA-A, quien recordó que en el AMBA, “en donde hay una población económicamente activa de seis millones, la mitad está en la informalidad y un millón tiene entre 18 y 29 años” por lo que “esto como organización de trabajadores nos marca una potencialidad de vínculos para convocarlos para que sean parte de la clase trabajadora, esta es la motivación del proyecto, es un tema de agenda del sindicalismo argentino, de las tres centrales”.
Luego, el secretario de Organización de la CTA-A Buenos Aires, Carlos Díaz, felicitó “a la dirigencia sociales, sindical y territorial del AMBA con la que avanzamos en este objetivo de trabajo que forma parte del cotidiano de nuestras organizaciones, que es poner el eje en la informalidad y pensar en la estrategia para resolver esta situación de explotación”.
A continuación, el secretario General de la CTA-A Capital Federal, Pablo Spataro, subrayó que “el desempleo y el trabajo informal no son una situación transitoria, sino que se arrastra durante décadas y con la pandemia se ha agravado notablemente y para ponerle un freno es necesario fortalecer la organización de las y los trabajadores, es principio rector de nuestra Central”.
Posteriormente, el secretario Gremial de la CTA-A, Daniel Jorajuria, dijo: “Lo que antaño solo estaba en la vía publica hoy se ha extendido a todas las actividades, a sectores públicos y privados, porque la mitad de la clase trabajadora es precaria o informal. La causa principal tuvo que ver con la ofensiva de las políticas neoliberales donde se liberó al capital para organizarse como quiera y restringió los derechos colectivos de nuestra clase. El capital precariza para que no nos podamos organizar”.
De esta segunda jornada participaron representantes de diferentes sectores sometidos a la informalidad laboral: trabajadores territoriales en comedores populares, personal de cuidados, migrantes y en áreas como la construcción, salud, educación, telefonía, industrias, fletes, entre otros.
Por ejemplo, Rosa Lunda, referente de los Cuidadores Domiciliarios que pelean por la constitución del sindicato en la CTA-A Buenos Aires, relató: “Los cuidadores municipales somos monotributistas independientes con impuestos muy altos y estamos incluidos en el régimen de trabajadores del hogar. Tenemos una informalidad altísima, sobre todo en las mujeres, que hacemos las tareas de cuidados. Estamos trabajando con legisladores a nivel nacional y provincial para que tengamos nuestro propio régimen de cuidadores domiciliarios”.
El secretario General del Sindicato de Trabajadores de la Industria de la Construcción (Sitraic), Víctor Grosi, reveló: “En nuestro sindicato tenemos mucha presencia de la informalidad, con la incorporación de monotributistas y cooperativistas, por eso ligamos este fenómeno de la informalidad a la des-sindicalización como un modo de explotación empresarial para obtener más ganancias. En la industria de la construcción el 50% está en negro y por eso debemos construir poder político desde los trabajadores”.
La referente del Movimiento Villas y Barrios Germán Abdala de la CTA-A Capital Federal, Amalia Aima indicó: “El trabajo de comedores, merenderos, cooperativas en nuestros barrios se ha triplicado por la pandemia y, sin embargo, no tenemos ni salario mínimo ni obra social, solo tenemos un plan social. Esencial es que no se puede prescindir de ello, ¿entonces por qué ni garantías ni derechos sociales?”.
Para Horacio Meguira, director del Departamento Jurídico de la CTA-A expresó “su enorme satisfacción por este encuentro que busca conocer qué pasa con las nuevas organizaciones y la informalidad, que es responsabilidad de los patrones por su ilegal actitud” y llamó a que se cumplan “con las inspecciones en los lugares de trabajo ´para garantizar que se cumplan las leyes”.
El cierre del acto estuvo a cargo de Adolfo Aguirre, quien convocó a “zambullirnos donde está este universo de la clase trabajadora para que acceda a la protección de derechos y se organice en sindicatos”. Agregó que “esto continua el 23 y 24 de agosto con el turno del noreste argentino para avanzar en ese mercado de trabajo con esta experiencia que hicimos en el AMBA” Y, finalmente, como responsable nacional de la Coordinación de Trabajadores y Trabajadoras de la Industria (CNTI-CTAA) sostuvo: “Hoy el rol de la clase trabajadora es pensar y crear políticamente desde lo público, en materia de industrias el horizonte es la producción, ese es el futuro de trabajo”.
Además de las personas asistentes estuvieron presentes, Beto González (Secretario de Organización), Horacio Fernández (Director IDEP) y Julia Campos (Observatorio del Derecho Social).