La Secretaría de Relaciones Internacionales de la CTA-Autónoma lanzó este martes con el apoyo de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) el proyecto para el fortalecimiento de la transición de la economía informal a la formalidad. El objetivo es avanzar en la formalización del trabajo y en estrategias de organización sindical de la población desprotegida. Reconocimiento a Germán Abdala en un nuevo aniversario de su fallecimiento.
El “Proyecto para el fortalecimiento de la transición de la economía informal a la formalidad” se desarrollará en la Argentina durante el segundo semestre de 2021 y abarcará cuatro bloques geográficos: AMBA, Zona Pampeana, Noroeste y Noreste. Este martes fue el puntapié inicial de esta ambiciosa propuesta con el tratamiento y estudio sobre el Área Metropolitana de Buenos Aires. Un centenar de trabajadores y trabajadoras participaron de esta primera jornada, de la que también se dieron cita representantes de la CGT y la CTA-T.
El proyecto es un esfuerzo común entre la Secretaría de Relaciones Internacionales de la CTA-Autónoma y la Oficina de Actividades para los Trabajadores (ACTRAV), que es el principal vínculo entre la OIT y el mundo del trabajo a través de uno de sus constituyentes: las organizaciones sindicales. Durante la jornada se presentó el estudio “La informalidad en el Área Metropolitana de Buenos Aires (2019-2020). Un análisis en contexto de pandemia”, que indicó que hay más de tres millones de personas en esta región, que incluye a la ciudad de Buenos Aires y 40 municipios bonaerense, que están desprotegidas y de ellas un millón tienen entre 18 y 29 años. El objetivo es que todos los cuadros sindicales tengan esta información para transformar esta realidad, es decir poner en agenda pública la formalización de este universo desprotegido de derechos.
La apertura del encuentro estuvo a cargo del secretario General de la CTA-A, Ricardo Peidro, quien agradeció “a la OIT y ACTRAV por este apoyo a la formación y organización para avanzar de la informalidad a la formalidad” ya que esta situación “atraviesa a toda nuestra clase y las tres centrales estamos abocadas en su resolución”. Aseveró que “se trata del pasaje de la invisibilidad a la visibilidad, de la ausencia absoluta de derechos a derechos plenos y en ese camino se juega la propia vida digna de millones”.
El dirigente manifestó que “esta informalidad no es inocente, sino que tiene dos objetivos: El primero, generar transferencia de recursos, de riquezas de las y los trabajadores a los sectores concentrados; el segundo, desorganizar y des-sindicalizar a la clase” Y concluyó que “en esta pandemia los trabajadores fueron considerados esenciales en su trabajo pero no en sus derechos”.
A continuación, el secretario de Relaciones Internacionales, Adolfo Aguirre, calificó esta tarea como “compleja pero necesaria para desarrollar un plan de trabajo porque son muchísimas las compañeras y compañeras que están en una situación de informalidad y la respuesta de las organizaciones ha sido interesante para poner en la agenda pública actual el presente y el futuro del trabajo”.
“Tenemos un desafío digno de militar porque hablamos de millones de trabajadoras y trabajadores precarizados, tercerizados, desprotegidos, por eso el tránsito es hacia la protección de derechos como lo recomienda la OIT”, concluyó Aguirre.
Durante la jornada, la socióloga Sonia Balza, integrante del Instituto de Estudios y Formación (IDEP- CTAA), presentó el estudio “La informalidad en el Área Metropolitana de Buenos Aires (2019-2020). Un análisis en contexto de pandemia” del que subrayó “la importancia de su análisis ya que la informalidad laboral en Argentina radica en el peso creciente que este fenómeno tiene en las relaciones laborales y en sus implicancias sobre la pauperización de buena parte de nuestra población”.
Balza proporcionó un dato alarmante sobre la desocupación en el AMBA: “En lo que hace al universo de la población asalariada, el año 2020 representó una pérdida de puestos de trabajo del 12,3%. Sin embargo, el impacto sobre el empleo no registrado fue considerablemente mayor que aquel que pesó sobre la población protegida. La caída del empleo precario fue del 26,5%, mientras que en el empleo protegido llegó al 5%. Esta tendencia desigual empeora todavía más para las mujeres. Dentro del empleo femenino la caída fue del 11,5% pero entre las precarizadas superó el 28%”.
Concluyó la especialista que “con la pandemia, finalmente, se reconoce la fragilidad de la economía y del trabajo, tanto a nivel global como local. De este modo se abren oportunidades para rediscutir la formalización del trabajo y el empleo y las estrategias de organización sindical de quienes constituyen una cada vez más grande porción de la fuerza de trabajo, esto es, la población desprotegida. La pregunta entonces es cómo y de qué manera preservar el empleo y el trabajo en el marco de las instituciones, regulaciones y derechos laborales”.
Para Maribel Batista, especialista de ACTRAV para el Cono Sur “es muy valioso el lanzamiento de este estudio de AMBA que está llevando a cabo la CTA-Autónoma, un trabajo del movimiento sindical argentino para posicionar el tema de la transición hacia la formalidad en este proceso de autorreforma en las Américas con la coordinación de la CSA (Confederación Sindical de las Américas) en momentos en que la Covid-19 ha demostrado el déficit en los sistema de protección y ha exacerbado los niveles de informalidad”.
En tanto que Elba López Morello, representante de la OIT en la Argentina destacó dos fenómenos: “El freno de la actividad económica, muchos perdieron su trabajo por la pandemia y la caída del mercado laboral, por eso esta crisis le confiere características inéditas; además, la pérdida de empleo ha sido más intensa entre los trabajadores informales. Necesitamos marcos institucionales que garanticen la protección de los trabajadores y avanzar en mayor cobertura de protección social especialmente en la economía informal”.
Asimismo, Guillermo Zuccotti, integrante de la Secretaría de Relaciones Internacionales de la CGT, afirmó que “este es el tema central del movimiento sindical del presente hacia el futuro, se necesita protección social e ir hacia una economía formal porque esta lucha hace a la justa distribución del ingreso”.
En ese sentido, Andrés Larisgoitía, director de Relaciones Internacionales de la CTA-T, felicitó esta “iniciativa de la CTA-A que es un tema prioritario en la Argentina, la informalidad no es producto de un virus sino de políticas de concentración, exclusión y precarización”.
Este encuentro continuará mañana miércoles con las experiencias de diferentes sectores de trabajo sobre a informalidad laboral. Además del centenar de participantes en modo virtual, desde la sede nacional de la CTA-A estuvieron presentes, los ya mencionados Peidro, Aguirre y Balza más Daniel Jorajuria (Secretario Gremial), Beto González (Secretario de Organización) Jorge Castro (Secretario Finanzas), Carlos Díaz (Organización CTA-Buenos Aires), Horacio Fernández (Director IDEP) y Julia Campos (Observatorio del Derecho Social).