En esta entrevista, Tamara Muñoz, secretaria de Relaciones Internacionales de la central obrera mayoritaria de Chile, la CUT, se refiere al plebiscito histórico que este domingo buscará aprobar la redacción de una nueva Constitución que entierre definitivamente a la Carta Magna impuesta a “sangre y fuego” por la dictadura de Pinochet.
El 25 de octubre Chile irá a un histórico referéndum para decidir si deja atrás la Constitución de 1980. Desde 1988 cuando se votó «No» al dictador Pinochet que no se utilizaba esta herramienta, ¿cuáles son las expectativas desde la CUT?
Las expectativas de la CUT son muy altas frente a este plebiscito. Desde siempre, la Central exigió la modificación a la Constitución de 1980 porque siempre entendimos que ese instrumento que fue impuesto a sangre y fuego, no tenía ninguna legitimidad y que evidentemente iba a terminar siendo una piedra en el zapato para cualquier avance o transformación social que se quisiera dar. Podemos decir que a 40 años de la constitución de 1980 evidenciamos un estado pequeño con un rol subsidiario que no garantiza los derechos sociales de la población, como trabajo, salud, educación, pensiones dignas, viviendas etc. y que ha perpetuado la precarización de la vida.
Paradójicamente, el presidente Piñera da la espalda a esa marea popular que a partir del 18 de octubre de 2019 despertó a Chile, realizando un cambio de gabinete que incorpora a la derecha más dura, ¿cuál es el mensaje?
Tanto en Chile como en Latinoamérica cuando las clases populares quieren mayores avances, derechos e igualdades e imponen procesos democráticos y constituyentes como en nuestro caso y el sistema está puesto en cuestión, las clases dominantes se vuelven cada vez más autoritarias y violentas amparándose en las posturas más extremas de las tesis capitalistas neoliberales, eso explica que en el cargo de Ministro del Interior tenga a un exfuncionario de la dictadura, ligado a colonia dignidad y representante de la extrema derecha chilena, como es Víctor Pérez.
El segundo gobierno de Piñera pretendió obstaculizar todos los intentos de reforma del modelo neoliberal. De hecho, la primera medida fue archivar el proyecto de reforma constitucional de Bachelet y así llegó la rebelión de octubre.
La Rebelión de Octubre es producto de una acumulación de distintos procesos y movimientos sociales que se vienen dando desde mediados de la década del 2000. Reclamos por trabajo, educación, salud, medio ambiente, seguridad social, privatización del agua, de recursos naturales, y otros temas que confluyen en el reconocimiento transversal que todas las necesidades de avances en cada una de esas luchas eran limitadas por la Constitución. Durante el Gobierno de Bachelet se hicieron intentos de llevar adelante una nueva Constitución para Chile, pero la propuesta no avanzo tanto por sectores de derecha como por sectores de su misma coalición.
El referéndum tiene dos opciones. «Apruebo» y «Rechazo». Todas las encuestas vaticinan la holgada victoria del Apruebo. Pero en el primer ítem se puede optar por una Asamblea Mixta y una Asamblea Constitucional, ¿cuáles son las diferencias?
La Asamblea Mixta, incluye un órgano de 172 constituyentes, 86 parlamentarios y 86 ciudadanos electos, en cambio la Convención Constitucional estará integrada por 155 constituyentes 100% electos por la ciudadanía el 11 de abril de 2021. Sumado a la anterior, la Convención Constitucional será paritaria, es decir el 50% serán hombres y el 50% serán mujeres, y se discute aún en el Congreso la posibilidad de incorporar constituyentes electos en representación de los pueblos originarios. Como CUT hemos hecho un llamado a apoyar la convención Constitucional, y que sus miembros sean 100% elegidos por el pueblo, para escribir esta historia de todas y de todos.
La CUT presentará candidatos propios, ¿cuáles son los proyectos que impulsa?
La CUT intentará llevar candidatos propios y apoyar a otros dirigentes sociales y sindicales que pretendan presentarse a esta elección. Parte importante de los problemas de los trabajadores chilenos tienen su origen en la Constitución chilena, que no reconoce el derecho al trabajo y su protección, el derecho a huelga efectiva de los trabajadores, la negociación colectiva ni la posibilidad que los sindicatos negocien al nivel ramal. La profunda desigualdad existente en el país, tiene su origen fundamentalmente en el mundo del trabajo, debido a los bajos sueldos, y las escasas posibilidades que tienen los sindicatos de organizarse y de tener poder por mejorar las condiciones de vida y trabajo. La importancia de esta nueva Constitución es devolver el poder que tuvo el movimiento sindical antes de la dictadura y que le permitió ser protagonistas de las transformaciones de nuestro país.
La rebelión de octubre dejó experiencias organizativas de unidad del campo popular como Unidad Social, ¿considera que este proceso y la Constituyente serán una oportunidad para que se expresen y organicen los nuevos actores políticos que no se sienten representados por la política tradicional?
Este proceso nace precisamente en la calle, obligando a que los sectores tradicionales políticos se pusieran de acuerdo y propusieran al país una salida para cambiar la Constitución Política, pero fue evidentemente porque el pueblo estaba movilizado en las calles. Esperamos que todas y todos tengan la misma posibilidad de participar en la construcción de esta nueva constitución.
*Por Mariano Vázquez, reponsable de comunicación de la Secretaría de Relaciones Internacionales y periodista internacionalista.