La CSI deplora la muerte de más de 160 personas durante las violentas manifestaciones que han tenido lugar recientemente en Kazajstán y reclama que se abra una investigación completa y pública sobre las circunstancias en que se produjeron.
La Confederación Sindical Internacional (CSI), que representa a 200 millones de trabajadores en todo el mundo, denunció además «la detención temporal el 6 de enero de varios líderes sindicales, que serían liberados tras la intervención inmediata de la CSI», y reclamó «la liberación de todos los inocentes detenidos». Unas 8.000 personas siguen detenidas.
«Los responsables deberán comparecer ante la justicia», afirmó la CSI.
Para la Confederación, «los trágicos eventos en Kazajstán fueron provocados por extremas desigualdades y divisiones sociales, la incapacidad del Gobierno para garantizar un desarrollo justo y equitativo en uno de los países más ricos de la región, y la ausencia de democracia y de colaboración con los sindicatos independientes y la sociedad civil en general».
Son más de 160 las víctima mortales en Kazajstán.
Cambio fundamental
La secretaria general de la CSI, Sharan Burrow, declaró: «Kazajstán constituye otro ejemplo más de un Gobierno que permite la extracción de una enorme riqueza nacional por parte de un puñado de oligarcas a expensas de la población, lo que inevitablemente deriva no sólo en pobreza y precariedad, sino también en descontento generalizado».
La dirigenta subrayó: “Se requiere un cambio fundamental para situar la economía al servicio del pueblo, con empleos decentes, pensiones, servicios públicos y protección social universal. Cualquier Gobierno que considere que su papel consiste simplemente en apoyar el libre mercado y proteger a los más ricos, no puede tener justificación ni ser apoyado».
Por último, clamó por “el pleno respeto de las normas de la OIT, en particular la libertad sindical y la negociación colectiva, así como un genuino diálogo social, son elementos esenciales para el futuro de Kazajstán”.