Este sábado concluye la 109ª Conferencia Internacional del Trabajo con la presencia activa de la CTA-Autónoma. Es la primera que se celebra de forma virtual debido a las restricciones provocadas por la pandemia de la Covid-19.
Por primera vez en su historia, la Conferencia Internacional del Trabajo se celebró en línea y se dividió en dos segmentos durante el año. El primero se realizó entre mayo y junio y el segundo, que culminará el próximo sábado 11 de diciembre, comenzó el 25 de noviembre. La Organización Internacional del Trabajo (OIT) es el único organismo tripartito de las Naciones Unidas, ya que reúne a gobiernos, empleadores y trabajadores de 187 países.
Dos temas principales se están debatiendo: 1) Las competencias y aprendizajes permanentes; 2) Las desigualdades y el mundo del trabajo. La CTA-Autónoma está representada en estos debates por su secretario gremial, Daniel Jorajuría.
En diálogo con ACTA, el dirigente señaló que “estamos frente a uno de los fenómenos más complejos, de carácter multifacético y con distintas formas y componentes. Los altos niveles de desigualdad entre países y dentro de ellos tiene su origen en una interacción compleja de políticas macroeconómicas, comerciales, de inversión, laborales, de empleo y prácticas culturales. Asimismo, hay deficiencias de gobernanza, ausencia de instituciones viables, falta de protección de los derechos laborales, ineficacia de los sistemas fiscales, flujos financieros ilícitos y obligaciones de los servicios de las deudas”.
También se refirió a las “Desigualdades Verticales entre países ricos y pobres”, a las “Desigualdades Horizontales entre distintos grupos o categorías de personas)” y citó como ejemplo: “Mujeres, LGTBIQ+, grupos étnicos o raciales, pueblos indígenas, tribales, migrantes y discapacitados. Todos ellos están sobrerrepresentados entre los más pobres. También tenemos que mencionar las desigualdades territoriales, entre zonas rurales, urbanas, ciudades grandes y pequeñas, regiones ricas y pobres que contribuyen a la desigualdad social”.
Jorajuría sostuvo que “desde el mundo específico del trabajo tenemos que mencionar entre otras causas: la distribución desigual del trabajo y los ingresos del trabajo; la informalidad es otra fuente de desigualdad; los niveles de productividad y disparidad entre empresas; desigualdad y discriminación por motivos de género; déficit de protección social”.
Asimismo, advirtió que “en el documento aún figuraban entre corchetes las disposiciones de la Declaración de Filadelfia y del Convenio 131, sobre salarios mínimos”, ya que “son dos herramientas fundamentales para ayudar a resolver la desigualdad”. La primera establece “lograr el pleno empleo y la elevación del nivel de vida, adoptar en materia de salarios, ganancias y de horas medidas adecuadas para garantizar una justa distribución de los frutos de progreso y un salario mínimo vital”, y le permite a la OIT examinar “cualquier programa o medida internacional de carácter económico y financiero”. Respecto al Convenio 131 dijo: “Nos permite un piso mínimo de ingresos de acuerdo a las necesidades del trabajador y su familia.
En referencia a una enmienda que incluía el término “flexibilidad”, Jorajuría atacó: “No podemos aceptar este término impuesto, según dicen, para facilitar el empleo y la productividad de las empresas. La flexibilidad es una palabra clave que lo que busca es reducir salarios y aumentar ganancias lo que agrava la desigualdad económica. Siempre tenemos que rechazarla porque en realidad lo que hace es modificar la relación de poder dentro de la empresa a favor del patrón, se trata de un chantaje histórico de los empleadores ante toda crisis”.
Con estos argumentos el Secretario Gremial de la CTA-A pidió al Grupo Trabajador que “se elimine del texto, porque en definitiva no resuelve la desigualdad, si no que la agrava”. A lo que el vocero agradeció a Jorajuría “sus aportes” y le respondió “pelearemos juntos por estos conceptos tan valiosos”.
Durante la CIT se presentaron estadísticas sobre la desigualdad:
- A escala mundial, hay 1.300 millones de mujeres ocupadas, frente a 2.000 millones de hombres.
- La brecha salarial de género en el mundo es del 20%.
- Los pueblos indígenas y tribales ganan en promedio un 18,5% menos.
- Los trabajadores a domicilio perciben entre un 13% y un 50% menos.
- Antes de la pandemia, el 55% de la población mundial (4.000 millones de personas) no estaba cubierto por ningún tipo de protección social.
- El salario medio de las mujeres en la economía informal con respecto al salario medio de los hombres en la economía formal es 47% menor.
- El número de trabajadores en empleo informal es de 2.000 millones (61,2%).
- El número de personas sin empleo o que no buscan empleo activamente llega a 473 millones.
Al respecto, el representante de la CTA-A en la Conferencia subrayó: “Estas cifras que nos da OIT, demuestran que la desigualdad es uno de los peores problemas mundiales que requiere una acción urgente.
Por esta razón, el Consejo de Administración decidió inscribir en su Reunión 334 un punto sobre “Las Desigualdades y el Mundo del Trabajo” en el 2018: “En principio tenemos que decir que la reducción de la desigualdad, en sus distintas manifestaciones y la promoción del principio de igualdad de oportunidades y de trato siempre ha sido inherente al mandato y la labor de OIT, su constitución establece políticas para garantizar a todos/as una justa distribución de los frutos del progreso y la Declaración del Centenario propone un futuro centrado en las personas y establece que sus derechos deben estar en el núcleo de las políticas económicas, sociales y ambientales”.
Otras decisiones
En el marco de la Conferencia del 1° de diciembre, que conmemora el Día Mundial de la Lucha Contra el Sida, la consigna fue acabar con esta pandemia y poner fin a la discriminación.
En tanto que el 2 de diciembre se conmemoró el Día Internacional por la Abolición de la Esclavitud. Todavía hay en el mundo 40 millones de personas en esa situación. 1 de cada 4 son niños y 25 millones están en situación de trabajo forzoso. En este sentido, la OIT ha adoptado un protocolo vinculante contra el trabajo forzoso ratificado ya por 56 países, entre ellos Argentina. “Pero terminar con ello no es solo tarea de los gobiernos sino de todos los actores sociales”, sostuvo Daniel Jorajuría.
En tanto que, el 3 de diciembre fue el Día Internacional de Personas con Discapacidad. Más de 1.000.000 de personas con discapacidad (15% de la población mundial) en el mundo sufren discriminación y exclusión. El Covid-19 ha aumentado la desigualdad en términos sociales, económicos y sanitarios. En este sentido, la OIT reclamó compromisos concretos para apoyar e involucrar a las personas con discapacidad para conseguir una recuperación sostenible.