A contramano del pueblo, así podemos calificar al insensato encuentro en medio de la pandemia de coronavirus entre los ex presidentes Mauricio Macri y Horacio Cartes, ese par de millonarios expertos en depredar a la clase trabajadora.
*Por Adolfo Fito Aguirre, Secretario de Relaciones Internacionales de la CTA Autónoma y Coordinador de la CNTI
El 13 de julio advertía en mi cuenta de Twitter que el encuentro en Macri y Cartes en Asunción era una charla entre dos enemigos de pueblo. Prestigiosos periodistas y analistas ya ha revelado profusamente que los negocios sucios que tienen en común los dos ex presidentes de Argentina y Paraguay son muchos y no precisamente limpios. Tampoco podemos olvidar que durante sus respectivos mandatos implementaron políticas de ajuste contra la clase trabajadora, endeudaron a sus pueblos y lo sumieron en el hambre y la miseria.
Como dijo Federico Enciso, uno de los más pujantes dirigentes obreros del Paraguay y secretario de Juventud de la Central Única de Trabajadores Auténtica (CUT-A), “sin olvidar que se violaron protocolos sanitarios internacionales, el encuentro Cartes- Macri es claramente del Hampa ¿Qué era tan urgente para tener que realizar una reunión presencial y no telemática? ¿De fútbol? ¿De sus empresas? ¿De política? A mi criterio sólo lo clandestino requiere un encuentro así en estos momentos. Recordemos las cuentas offshore de Macri, las investigaciones sobre corrupción y espionaje ilegal que se dan ahora en la Argentina; mientras que Cartes es citado por la justicia brasileña por lavado de dinero”.
Macri y Cartes integran ese lote angurriento de millonarios, privilegiados e impunes. Por eso, quiero que sepamos lo que dicen nuestras hermanas y hermanos de la comunidad paraguaya en la Argentina. La Secretaría de Trabajadores Migrantes y Refugiados/as (UTEP) y la Asamblea de Trabajadores Inmigrantes Paraguayos (ATIP) denunciaron que “la presencia de Mauricio Macri en Paraguay evidencia el nivel de impunidad que tiene la clase privilegiada en Paraguay, y la complicidad de las instituciones del Estado paraguayo ante la mafia organizada, ya que esta visita que se realiza por intereses y negocios personales. Venimos acompañando desde hace meses la angustia de cientos de paraguayos/as varados/as en Argentina que se encuentran esperando el ansiado viaje humanitario, mujeres, niños, adultos mayores que siguen exigiendo respuestas de las autoridades, pero solo encontramos el abandono y la negativa de los responsables».
A la indignación de la hermana comunidad paraguaya, se suman la de los pueblos y organizaciones populares a ambos lados de la frontera. Sabemos que no solo los negocios unen a Macri y a Cartes. Ellos son parte de la Internacional Conservadora, de la derecha neoliberal, de la tienda de los políticos-empresarios digitados por Estados Unidos para barrer con el progresismo en América Latina y el Caribe.
Esta semana sobraron los ejemplos de este tipo de ataques de corte mafioso de la Internacional Conservadora en nuestra región que hacen peligrar a nuestras democracias.
Uno ocurre en Bolivia, donde el MAS, el partido del hermano Evo Morales, puede ganar en primera vuelta en las elecciones del 6 de septiembre. Sin embargo, desde el propio gobierno de facto se promueve la proscripción del MAS e incluso el inicio de causas judiciales falsas contra el candidato presidencial Luis Arce para garantizar la continuidad del golpe de estado que comenzó el 10 de noviembre de 2019.
El otro evento desestabilizador se desarrolla en Ecuador. Allí el Consejo Nacional Electoral proscribió al movimiento Fuerza Compromiso Social de Rafael Correa para participar en las próximas elecciones en 2021. El ex presidente, es un perseguido político por parte de la justicia ecuatoriana quien pretende encarcelarlo hasta por 8 años.
No olvidemos que la judicialización de la política, conocida como Lawfare, fue la que engendró el golpe parlamentario en Brasil que derrocó Dilma Rousseff, encarceló sin pruebas a nuestro líder Lula y lo sacó de la carrera presidencial de 2018 permitiendo la llegada al poder de la ultraderecha civil y militar encarnada en Jair Bolsonaro.
El presidente Alberto Fernández también es blanco de un ataque combinado entre la oposición inmoral que encarna Juntos por el Cambio de Macri, en alianza con los medios de comunicación hegemónicos y el poder económico. No trepidan en utilizar hasta la pandemia de coronavirus para desestabilizar a un gobierno progresista. La intervención del Estado ante el vaciamiento de Vicentín es un caso testigo del lobby derechista.
Y Venezuela sigue siendo la presa favorita de Trump y sus súbditos. Además del bloqueo económico, el robo de divisas venezolanas en el exterior, las incursiones terroristas, ahora el buque de guerra de Estados Unidos, USS Pinckney (DDG-91), violó en aguas jurisdiccionales venezolanas. El Comando Sur de EEUU sigue teniendo entre sus objetivos de guerra no solo a Venezuela, sino también a Cuba y Nicaragua.
Como denunció Correa: “No es coincidencia el Lawfare en Brasil, en Argentina, en Bolivia, en Ecuador. Es una estrategia regional con el soporte de Estados Unidos”.
Por eso, como señala el amigo internacionalista Ricardo Canese, diputado del Parlasur y responsable de las Relaciones Internacionales por el Frente Guasú, “el encuentro Macri-Cartes fue para reforzar los vínculos con los sectores más conservadores de la sociedad paraguaya, profundizar el eje contra el progresismo, y conspirar contra la democracia”.
Por eso tiene sustento la mención de que Macri y Cartes hablaron sobre la creación de una entidad que se oponga a las expresiones progresistas y de izquierda en la región.
Entonces, compañeras y compañeros, no alcanza con tener gobiernos progresistas, se necesita también tener poder popular organizado para una agenda que es urgente y necesaria, que se puede comprobar en las enormes luchas del movimiento popular-sindical-campesino-indígena-afro en toda América y que tiene su lado propositivo, por ejemplo, en el Manifiesto por la Soberanía, la Producción y el Trabajo que promovió nuestra CTA-Autónoma junto a cientos d organizaciones del campo popular.
Cambios de fondo para el mundo de hoy no vendrán si no hay voluntad y decisión política. Distribución de la riqueza, salario universal y un sistema fiscal progresivo deben ser ejes a imponer a este 1% que pretende acaparar todas las riquezas. Nuestra voz, la voz de las organizaciones populares, que es la voz de millones y millones, debe ser la que genere conciencia sobre la injusticia del sistema en el que vivimos porque otra sociedad donde la dignidad y el bien común sean la base es posible y es necesaria.
La fuerza de la clase trabajadora a nivel mundial es arrolladora. Nuestra lucha es por la vida. Somos el 99% que busca construir una nueva cosmovisión política con la humanidad y con la naturaleza. Enfrente está ese 1% que integran personajes siniestros como Mauricio Macri y Horacio Cartes.
Que lo sepan ¡No vamos a aflojar!