Los trabajadores italianos realizaron este lunes una huelga simbólica de tres horas convocada por los principales sindicatos para protestar contra los drásticos planes de ajuste del gobierno de Mario Monti.
Los trabajadores italianos realizaron este lunes una huelga simbólica de tres horas convocada por los principales sindicatos para protestar contra los drásticos planes de ajuste del gobierno de Mario Monti.
La medida fue convocada por la Confederación General del Trabajo (CGIL), la Confederación Italiana de Sindicatos (CISL) y Unión del Trabajo (UIL), tras fracasar un diálogo con el Ejecutivo sobre reformas al programa de restricciones. Se trata de la primera medida conjunta en seis años, luego de que el domingo por la noche, el presidente del Consejo, Mario Monti, para tratar de frenar la medida de fuerza y justificar las medidas antipopulares aduciendo que Italia, se encuentra hundida por una deuda colosal que representa cerca del 120% del PIB.
Los trabajadores denuncian el intento de reforma de las pensiones, que prevé un aumento del número de años cotizados, y la congelación de las pensiones para aquellas que superen los 960 euros.
Los sindicatos ya habían mostrado antes de su aprobación su rechazo al nuevo sistema que aumenta el tiempo de cotización para jubilarse y obtener las llamadas pensiones de antigüedad, que, a partir de 2012, será de 41 años para las mujeres y de 42 para los hombres, independientemente de la edad que se tenga.
También se eleva la edad mínima para poder jubilarse: en las mujeres se pasará de los 60 a los 62 años y los hombres de los 65 a los 66. En 2018 se equipará para todos en los 66 años.
«De Monti solo obtuvimos un compromiso genérico de lo que tendría en cuenta respecto a las modificaciones solicitadas por los sindicatos», afirmó a la prensa Susanna Camusso, secretaria general de la CGIL, principal organización obrera del país con más de seis millones de afiliados. «Los trabajadores y los jubilados son las categorías que pagarán el precio más alto por esta crisis».
Agrego la líder de la CGIL que el plan genera «inequidad y manda al país a la recesión», al tiempo que aseguró que «para una reforma estructural, y en un país democrático, es necesario el consenso de la representación social».
La semana pasada el gobierno implementó un plan de «austeridad» que ronda los 24 mil millones de euros.
Los principales desacuerdos entre Gobierno y sindicatos radican en los cambios al sistema de pensiones y jubilaciones, que registraría un aumento de los años de cotización.
(12.12.2011)