El Tratado de Comercio sobre Servicios (TISA), el Tratado del Trans-Pacífico (TTP), el Acuerdo de Cooperación del Atlántico (TTIP), sumados a los avisos de interés por firmar un acuerdo de libre comercio con Estados Unidos por parte de ministros del gabinete argentino en una reciente visita a Washington, son muestras cabales que el libre comercio no está muerto y que las clases dominantes continúan buscando estos acuerdos.
Este panorama no nos detiene en nuestra lucha por sociedades más justas. En noviembre del 2015, reunidos en La Habana, la Confederación Sindical de las Américas (CSA) en alianza con movimientos sociales de todo el continente, conmemoramos el décimo aniversario de la derrota del ALCA.
Ese encuentro sirvió para reflexionar sobre lo que fue la lucha continental más ambiciosa que hemos tenido en tres décadas, pero también para pensar en los retos actuales que tenemos y en la necesidad de retomar la senda de la movilización a nivel continental.
Tumbar ese tratado de libre comercio en 2005 fue una lucha conjunta de sindicatos, movimientos sociales y gobiernos.
Hoy la situación es muy diferente, con gobiernos progresistas amenazados por el avance de la derecha a nivel mundial y especialmente en nuestra región.
Los gobiernos de derecha actuales, con el macrismo como punta de lanza, nos traen agendas ya conocidas, rompiendo con los intentos, débiles estructuralmente, de integración que intentamos en la última década, y retomando la agenda del libre comercio.
Ante esto, es momento de reaccionar.
Es momento de volver a movilizarnos a nivel continental, con un objetivo común, y con una perspectiva de lucha independiente del ritmo de los procesos político-electorales.
No somos indiferentes a éstos, pero necesitamos mantenernos activos en las calles, que son nuestra principal fuente de poder.
En este contexto, el 4 de noviembre se llevará adelante la Jornada Continental por la Democracia y contra el Neoliberalismo, con actos, movilizaciones y eventos en todo el continente.
En Argentina, estaremos volviendo a Mar del Plata, como hace una década, para gritar fuerte que el neoliberalismo no tiene lugar en nuestras sociedades y que vamos a pelear no sólo por la democracia que tenemos, sino por la profundización de la democracia en nuestros países.
Además de gritar ¡Ni un paso atrás!, vamos a reafirmar que no nos conformamos con lo logrado, con lo posible, y vamos por lo necesario.