El secretario de Relaciones Internacionales de la Central de Trabajadores de la Argentia (CTA) Autónoma, Adolfo Aguirre, aseguró que el embate empresario para intentar limitar o cercenar el derecho de huelga en la próxima Conferencia Internacional del Trabajo (CIT) en Ginebra, Suiza, «no es una novedad» y convocó al sindicalismo a «prepararse para defenderse».
«Existen algunas señales de mejor organización para garantizar que permanezca vigente el sistema normativo de la Organización Internacional del Trabajo (OIT). De lo contrario, estaríamos fritos. El intento patronal tiene un sentido político y procura eliminar al sindicalismo de la interlocución sobre la economía global y su forma de distribución de la riqueza», puntualizó.
Aguirre aseguró que la OIT es «el único lugar que tienen los trabajadores organizados como interlocutores para reclamar derechos en un esquema global, aunque después haya que pelearlos».
El dirigente afirmó que «el movimiento obrero tiene una riqueza colectiva envidiable» y convocó a trabajar con la Confederación Sindical de las Américas (CSA) para enriquecer «el pensamiento de actualidad política local, regional y mundial con acción gremial».
«Otro de los puntos del sentido político del aviso empleador apunta a provocar un nivel de invisibilidad perdurable en el tiempo del movimieto sindical internacional. Hay que debatir acerca de los posibles errores que se cometan y respecto de la realidad política mundial a partir de la relación de fuerzas y los avances y retrocesos históricos», puntualizó el dirigente.
Para Aguirre, hasta 2006 el movimiento sindical estuvo invisibilizado y, ahora, «está en condiciones de procurar esa visibilidad, porque los temas de la justicia social y la distribución de la riqueza tienen que ser propios».
El sindicalista dijo que los Tratados de Libre Comercio de nueva generación procuran convertir en mercancía los derechos humanos que el sindicalismo debe defender, «gane, empate o pierda», y añadió que «la huelga existió de forma previa al sindicato, al igual que la solidaridad y la Sociedad de Socorros Mutuos».
«Hay también cuestiones antropológicas. Se procura que seamos cómplices de provocar miedo y de no organizarnos. Así lo hizo la dictadura con el Plan Cóndor, por ejemplo. El 63 por ciento de los desparecidos eran trabajadores. No fue un tema cívico-militar casual sino que intentó lograr cuestiones antropológicas. Había dirigentes de primer nivel de 25 años que, ahora, cuesta formar. Todo ello de ninguna manera fue casual», puntualizó Aguirre.
El gremialista aseguró que «no hay que ser defensivos» y se pronunció por «la libertad sindical, el derecho a reunión y a la negociación colectiva», en tanto subrayó que «Estados Unidos y China pretenden que en varias regiones no haya empleadores con cien trabajadores sino que todos sean importadores y, además, que las grandes zonas francas provean todo lo que haya que consumir».
«Hay que darle sentido político a todas las cuestiones que sucedan. Somos orgnizaciones jóvenes en el marco de una coyuntura internacional que provoca que en muchos lugares haya sol y, en otros, sombras. Ello es inaceptable. Si una parte de la clase trabajadora retrocede en algún lugar, todos lo hacen. Ahí se ensaya. Y donde se gana, gana el conjunto. En lo gremial, peligra antropológicamente la fuerza, las convicciones, la lucha», dijo.
«Me cae bien un empresario que mantiene su empresa con cien trabajadores. Me cae muy mal el que quiere cerrarla para ser importador. Aquel es un aliado táctico importante. Todo esto sigifica armar una trama más grande que la defensiva», concluyó.
Fuente: Agencia Télam