En un mundo signado por la crisis capitalista más feroz de la historia, la organización de los trabajadores es clave para defender los derechos históricos de la clase obrera internacional. En diálogo con ACTA, Adolfo «Fito» Aguirre, secretario de Relaciones Internacionales de la CTA, se refirió a estos temas: «Tenemos que trabajar para que el sindicalismo no decaiga porque cuando decae en alguna región del mundo, en Argentina también se pierde y cuando en Argentina se gana, en los demás lugares del mundo, también se gana».
-¿Cuál es el escenario mundial actual en el que está trabajando el sindicalismo internacional?
En primer lugar estamos en una coyuntura internacional donde por un lado, este año vamos a tener el Congreso Mundial de la Confederación Sindical Internacional donde se van a elegir nuevas autoridades y nosotros, todo el sindicalismo latinoamericano está promoviendo la presidencia de Joao Felicio por varias razones: una porque estamos en un continente que se mueve con disputas permanentes, primero por la cantidad de recursos naturales que tiene, lo otro, porque tiene una característica de continente marítimo donde el Pacífico juega un papel en el comercio mundial de productos manufactureros y primarios importante y el Atlántico porque también es factor de comunicación por un lado y por otro lado, de desarrollo o no desarrollo de determinadas regiones. Yo siempre digo que el comercio es algo que une en esta tercera globalización que vive el planeta pero con un nivel de eficacia, de velocidad y de tecnología que nos lleva a cosas que desconocemos y que vamos conociendo con el tiempo.
Los productos, tanto manufacturados como primarios, pueden ser productos basados en derechos laborales o con una alta cuota de precarización laboral y ese es uno de los desafíos de la política internacional para garantizar lo que se ha denominado el comercio justo por un lado y por otro lado que se cumplan en todos los países los tratados internacionales del derecho laboral y es por eso que también este año la Conferencia de la OIT va a jugar un papel importante porque justamente uno de los requisitos del terreno de disputa es el tema del derecho a huelga, a movilizarse, a protestar.
-¿En ese sentido, cómo juegan las grandes potencias?
Es un año muy interesante en ese sentido pero además con desafíos que no solamente van a dar qué hablar sino que va a haber que ver de qué manera fortalecer ese mecanismo ya que la Unión Europea está avanzando con Estados Unidos en un acuerdo de asociación de libre comercio de dos bloques muy influyentes en la creación de nuevas reglas. Como así también se puede dar el viejo tratado de libre comercio que se viene debatiendo entre la Unión Europea y el Mercosur. Nosotros no podemos estar ajenos de gravitar y de opinar en torno a dónde se toman decisiones, la voz nuestra tiene que estar no solamente para decir que no sino para ver de qué manera todo lo que hace a esquemas de integración no atente contra los trabajadores.
-Y en relación a la solidaridad internacional, la CTA es una voz autorizada por la alta tasa de sindicalización en nuestro país, ¿qué papel está cumpliendo?
– El sindicalismo argentino hoy se encuentra entre los 10 países con mayor tasa de sindicalización del mundo con lo cual está convocado a jugar un papel importante en el escenario internacional no solamente en lo que hace a las relaciones internacionales sino también a construir un discurso de la clase trabajadora mundial para resistir los embates que tenemos en la agenda internacional y para seguir buscando iniciativas de poder para el mundo necesario, o sea, cómo pasar de ese mundo posible a el mundo necesario y eso requiere no solamente mucho intercambio sino también cooperación. Requiere trabajar en los principios de quien mejor está en condiciones de fuerza, le da una mano al que está en peores condiciones de fuerza. Es un principio que la CTA en esta etapa está convocada a jugar un papel importante.
-¿Cómo ha estado trabajando la CTA?
Lo hemos estado haciendo en el tema de mejorar el volúmen de nuestras relaciones internacionales que creo que hemos llegado a un estadío muy interesante con nuestro relacionamiento con el sindicalismo Sur-Sur, con una presencia importante en el terreno latinoamericano y caribeño, con participación en los sectores o en las ramas internacionales. Pero en este tiempo la CTA tiene que cumplir un papel importante en la cooperación para poder no solamente solidarizarnos cuando hay un conflicto en alguna región y hacer alguna acción sino también que no se caiga nada de lo que se ha logrado en los distintos países, en los distintos lugares sino también fortalecer alianzas con otros lugares como por ejemplo como fue con nuestros hermanos del Paraguay, con los chilenos que están en un tiempo importante pero que sino se aprovecha el tiempo se pierde y también perdemos los trabajadores y también a mirar hacia África para poder resistir algunos ensayos que una vez que se generan en alguna región del mundo sirven como letra para aplicarla a todo el mundo desde ese capitalismo uniforme.
O sea que se trabaja desde un pensamiento único desde el capital y nosotros tenemos que pensar en un pensamiento diverso para ese desafío de construcción de una sociedad igualitaria que nunca tenemos que abandonar y que requiere de etapas de diálogo pero que también requiere de muchas etapas de conflictividad, de pelea y de garantizar que el sindicalismo no decaiga porque cuando decae en alguna región del mundo, en Argentina también se pierde y cuando en Argentina se gana, en los demás lugares del mundo, también se gana. Ese es el principio de trabajo que la CTA tiene que tener en esta etapa.