Bolivia debate la construcción de una carretera en territorio protegido

Luego de 41 días de marcha, el Consejo Nacional Indígena del Sur llegó hoy a la ciudad de La Paz para pedir la realización de la la ruta que atraviesa el TIPNIS y que se anule la ley que lo prohíbe.

Luego de 41 días de marcha, el Consejo Nacional Indígena del Sur llegó hoy a la ciudad de La Paz para pedir la realización de la la ruta que atraviesa el TIPNIS y que se anule la ley que lo prohíbe.

Una de las controversias más fuertes que atravesó Bolivia, en un de por si agitado 2011, fue el proyecto vial que promovió el Gobierno nacional para construir una carretera por el Territorio Indígena Parque Nacional Isiboro Sécure (TIPNIS), que incluyó una marcha de 65 días hasta la capital del país de originarios de la zona, enrolados la Confederación de Pueblos Indígenas de Bolivia (CIDOB), que derivó el 24 de octubre pasado en la aprobación de la llamada “ley corta” que declara intangible al parque y prohíbe la construcción de carreteras.

Cuando parecía que la cuestión estaba saldad el Consejo Nacional Indígena del Sur (Conisur) inició hace 41 días una marcha para pedir la anulación de esa norma y la construcción de la carretera Villa Tunari-San Ignacio de Moxos por medio del área natural. Unos 3.000 marchistas -incluidos mujeres y niños- llegaron hoy a las 14 a una cuadra de la Plaza Murillo -sede de la Casa de Gobierno y de la Asamblea Plurinacional- pero no pudieron ingresar debido al cerco policial que, en los cuatro puntos cardinales, les impidió el paso. Portaban banderas de Bolivia y la wipala de los pueblos originarios y coreaban consignas a favor de la carretera.

La marcha quedó varada frente a la céntrica calle Comercio negociando primero con el coronel Alberto Aracena de la policía nacional y luego con el el viceministro de Coordinación con los Movimientos Sociales, Cesar Navarro, que se acercó hasta las vallas y dialogó con el cacique mayor del Conisur, Gumercindo Prado.

Prado le dijo a Navarro: “Esta marcha es pacífica por lo que no entendemos que no haya permiso para ingresar, venimos desde el TIPNIS y no buscamos enfrentamientos, hay niños cansados”.

A lo que le respondió el funcionario: “El Gobierno nacional respeta todas la propuestas que hagan a la construcción del Estado Plurinacional, pero por razones de seguridad hoy no se podrá entrar a la plaza. No hay negativa ni prohibición, a las 18 los recibirá el presidente a los dirigentes, caciques y corregidores de la marcha y mañana podrán ingresar a la plaza”.

Los marchistas intentaron negociar una vuelta simbólica a la Murillo pero no hubo aceptación, por lo que se dirigieron a la Plaza San Francisco y al coliseo cerrado Julio Borelli, ofrecido por la gobernación de La Paz para que acampen.

Desde la CIDOB enviaron una comisión para que realice una vigilia ante la eventualidad de que la Asamblea Legislativa convoque a una sesión para modificar la norma 180 o ley corta de protección del TIPNIS, considerada una de las reservas naturales más importantes de Bolivia.

La controversia está instalada. Es bueno rescatar entonces algunos párrafos que el destacado periodista boliviano Antonio Peredo Leigue escribe en la agencia Alai en septiembre de 2011: “En estos tiempos, todos nos hemos convertido en expertos ecólogos y ambientalistas. Sabemos cuáles son la extensión, población, características y atributos de vida que tiene ese territorio por cuya apropiación hay un diferendo casi centenario entre Beni y Cochabamba. El diferendo ha quedado traspapelado hoy, cuando se discute la conveniencia o perjuicio de construir una carretera que lo atraviese. En ese empeño vale todo: hay quienes se movilizaron para hacer una carretera hacia el norte de La Paz atravesando el Parque Madidi, ‘porque es necesaria para el progreso de nuestra región’ y hoy son defensores de la integridad del TIPNIS”.

Y agregó: “Considero que ese parque y los otros que son la reserva ambiental que debe resguardar Bolivia con leyes y otras normas, no pueden ser tratados como áreas que se dividen en núcleo y zonas adyacentes; son unidades y, cualquiera sea la parte afectada, se degrada el conjunto del parque. Estoy conciente que allí viven pueblos absolutamente minoritarios cuya identidad, cultura, idioma y características étnicas, proclamamos respetar en nuestra Constitución”.

 

(Mariano Vázquez, desde La Paz: 30.01.2012)

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