Industrialización: El rol del Estado y la clase trabajadora
Documento de la CNTI presentado ante el Encuentro Nacional de Empresas Públicas y Organizaciones de Trabajadores/as del Sector Industrial, Energético, Minero, y Científico-tecnológico
13 de septiembre de 2023
Ante la coyuntura política y social, en la que el futuro rol del Estado, las empresas públicas y las organizaciones obreras están amenazados, convocamos a este encuentro. El propósito del mismo es impulsar un espacio colaborativo para elaborar una agenda y estrategia en común que nos permita fortalecer la autonomía tecnológica y productiva nacional y regional, y generar las divisas que nuestro país necesita para consolidar un modelo de desarrollo con justicia, igualdad y soberanía.
El valor de lo público en el mundo de hoy
Quienes estamos reunidos hoy tenemos la certeza de que el sector público argentino tiene un rol incuestionable para que nuestro país desarrolle plenamente sus potencialidades. No es un argumento infundado, nos apoyamos en una trayectoria de innovación, ingenio, superación y compromiso que puso en marcha una estrategia de desarrollo y crecimiento para la Argentina.
Nos encontramos ante un escenario político en el que sectores de las derechas locales y regionales cuestionan y amenazan al carácter mismo del Estado nacional, las garantías constitucionales, las empresas públicas y las organizaciones obreras. Es ante esta coyuntura que convocamos a este encuentro con el fin de impulsar un espacio colaborativo que nos permita articular una estrategia común. También para elaborar acciones propositivas para fortalecer las capacidades y competencias de un Estado soberano, con autonomía científico – tecnológica y productiva nacional, y con amplia inserción regional. Desde nuestro lugar podemos aportar el conocimiento que generamos las y los trabajadores a agregar valor y generar las divisas que garanticen calidad de vida justa y digna para el pueblo argentino.
Estamos atravesando tiempos de conmoción, incertidumbre y crisis globales yuxtapuestas en el terreno financiero, comercial, energético, climático, social, institucional. Vemos desarrollar la crisis del multilateralismo y sus reglas de la mano de la competencia entre bloques de potencias y sus corporaciones. A la par de eso, vivimos el impacto de las tecnologías emergentes, el cambio tecnológico, la reconfiguración y reorganización del mundo del trabajo, y las cadenas productivas globales de valor. Estos escenarios demandan acuerdos con visión estratégica. Y, fundamentalmente, contar con la voluntad política para diseñar y ejecutar proyectos y políticas públicas que garanticen el bienestar de la sociedad y la defensa de los derechos e intereses de las y los trabajadores ante el avance de lógicas especulativas de mercado y políticas neoliberales.
Las y los trabajadores/as que nos desempeñamos en los distintos niveles y sectores de las empresas públicas contribuimos en el desarrollo y optimización de capacidades propias que redundan también en beneficio del sector productivo privado. Los logros nacionales alcanzados en distintos campos como salud, alimentos, agro, metalmecánica, naval , satelital, energía nuclear, renovables y alternativas, entre otros, dan cuenta de trayectorias virtuosas de articulación y puesta en producción de los conocimientos generados por el sistema científico y tecnológico.
Por ello, las organizaciones de trabajadores y trabajadoras, tienen un rol central en la discusión de qué tipo de competencias deben tener las y los trabajadores, en sus diferentes niveles jerárquicos y operativos. Debemos tener capacidades para discutir y analizar qué tipo de tecnología se desarrolla y compra desde el estado , y las diferentes instituciones y empresas públicas. Participar en la toma de decisiones acerca de qué infraestructura científica-tecnológica y productiva se despliega desde las empresas públicas, está directamente vinculado al modelo de país y sociedad más justa, solidaria y equitativa al que aspiramos.
Aspiramos a construir un Estado con autonomía en su poder de decisión y soberanía científico – tecnológica y productiva, que nos permita insertarnos en diferentes cadenas de valor regionales y globales. El ejercicio del acto soberano y autónomo, requiere inversiones en I+D y un mayor énfasis para la interconexión virtuosa del complejo científico y tecnológico nacional , en sintonía con las reales demandas y necesidades de las dimensiones social, productiva, económica e institucional.
Necesitamos un aparato productivo estatal que desarrolle mayores potencialidades sociotécnicas de sus trabajadoras y trabajadores ,y que así permita a las empresas públicas posicionarse ante el cambio tecnológico , generar riqueza y divisas, para mejorar la calidad de vida de la sociedad en su conjunto pero ,principalmente, de las mayorías populares hoy tan afectadas. En suma, un Estado nacional con empresas públicas para garantizar calidad de vida con justicia distributiva, social y climática.
Un proyecto viable de nación demanda un robusto sector público que contribuya a potenciar la generación de conocimiento y su aplicación para resolver los problemas prácticos que afronta el desarrollo del país. A partir de las trayectorias y experiencias institucionales acumuladas, debe poder diseñar políticas públicas sectoriales con representatividad y aptitud de respuesta en el volumen y calidad de bienes y servicios que se prestan a la sociedad. Debe fomentar la creación de trabajo digno como pilar de una sociedad justa, construir condiciones para el pleno desarrollo de la sociedad, aprovechar las riquezas naturales, sin alterar de forma destructiva el equilibrio ecológico, el potencial humano y la innovación tecnológica.
El sector público productivo cuenta con una larga experiencia de gestión para asumir nuevos desafíos ante el cambio de paradigma tecnológico. Por ello entendemos que es urgente profundizar la discusión sobre el rol e impacto de las tecnologías digitales en el mundo del trabajo. Desde las y los trabajadores de las empresas públicas del sector productivo debemos desarrollar competencias y conocimiento para tener un rol activo ante el despliegue de los sistemas de producción inteligentes (Industria 4.0 inteligencia artificial (IA), robótica , Internet de las cosas (IoT). Y aportar en las actividades del estado que impliquen o requieran la adopción y transferencia de tecnología , para evitar el compre de “llave en mano” que profundiza la dependencia del aparato estatal con corporaciones tecnológicas extranjeras, e inhibe el desarrollo de conocimiento local .
Es vital una estrategia de control público de nuestros recursos estratégicos y el desarrollo de una vía hacia la diversificación de nuestras fuentes de energía. El saber y la práctica deben ponerse en función de una transición justa con políticas industriales que tengan a la vida en el centro, protegiendo el bienestar de las personas y del entorno que habitan. Los polos científicos-tecnológicos integrados a las economías regionales pueden volverse vectores de crecimiento benéficos para nuestra población. Así se podrán revertir los procesos de expulsión hacia los grandes centros urbanos debido al desmantelamiento de nuestro tejido productivo en décadas pasadas. A la par de ello, el fortalecimiento de nuestra industria naval nos permitirá reconstruir, ampliar y abastecer a nuestras flotas pesqueras, comerciales y de Defensa, vitales para robustecer el ejercicio de nuestra soberanía sobre ríos y mares.
Reconocemos el rol esencial que ocupa el sector público para cualquier proyecto de desarrollo: su capacidad para generar conocimiento, fortalecer la autonomía nacional, instituir cadenas de valor local, y generar empleo formal, digno y de calidad. Un proyecto así no puede circunscribirse sólo a garantizar los derechos existentes de trabajadores y trabajadoras, sino que debe ser protagonista del proceso de planificación y diseño de políticas económicas, laborales y productivas, generando empleo, redistribución de la riqueza y expansión del bienestar.
Por todos los principios y objetivos aquí expuestos, las organizaciones hoy reunidas sostenemos que el desarrollo de nuestras capacidades industriales, científicas y tecnológicas es una pieza fundamental en la construcción de un país soberano y justo.
Apostamos por aunar esfuerzos y creatividad en la promoción de una vía de desarrollo autónomo; en la generación de conocimiento anclado en las realidades de nuestro pueblo; en la defensa de la producción y el trabajo local como defensa de la soberanía.
Sin la participación de las organizaciones de trabajadores/as no hay sector público.
Sin el sector público no hay industria.
Sin industria no hay soberanía.
COORDINACIÓN NACIONAL DE TRABAJADORES/AS DE LA INDUSTRIA (CNTI)
CENTRAL DE TRABAJADORES DE LA ARGENTINA AUTÓNOMA (CTA-A)