Julián Aguirre, en representación de la Secretaría de Relaciones Internacionales de la CTA Autónoma, disertó este miércoles en el Foro Sindical Internacional sobre Solidaridad Global para la Justicia Climática, que se realizó en Seúl, organizado por la central obrera de ese país, la KCTU.
En el panel “Explotación de recursos energéticos en el Sur Global bajo el pretexto de la acción climática”, expuso Julián Aguirre con una investigación titulada: “Estado de situación de la explotación del litio en Argentina ¿El espejismo de la transición? Desafíos, promesas y potencialidad”. El mismo se realizó en el Korea Press Center de Seúl y compartió esta mesa con Rekson Silaban, de la KSBSI de Indonesia; y Min, Junghee, de la ICE de Corea.
“Argentina se encuentra en el centro de una verdadera Fiebre del Oro Blanco. El potencial adjudicado al litio como sostén de las energías limpias ha convertido a su extracción en el paradigma del extractivismo verde, legitimando su explotación como cimiento de la transición energética. No obstante, el esquema por el cual se ha organizado el proceso productivo asociado reproduce las asimetrías propias de la división internacional del trabajo: Argentina reafirma así su perfil como economía exportadora de materias primas en un rol subalterno, condicionada a las demandas del mercado, principalmente del Norte Global”, subrayó Aguirre. “En este contexto, las estrategias para consolidar proyectos que, en el marco de la propiedad pública pretendan generar procesos que le den agregado de valor a las cadenas estratégicas en las que el litio es imprescindible quedan relegados frente a la mera extracción por parte de actores privados trasnacionales con asociados locales”.
Informó que en Argentina, hoy se registran 19 proyectos en diferentes etapas de desarrollo concentrados en 3 provincias del noroeste del país (Jujuy, Salta y Catamarca), pero si se considera el número de propuestas e iniciativas en estudio el número asciende a 38. “Se pronostica que el periodo 2023-2025 será testigo de un salto en la producción una vez que varios de estos proyectos entren en su fase de producción. Su ubicación se centra con la porción argentina del denominado Triángulo del litio” y reúne un 55% de las reservas mundiales totales y el 85% de los recursos explotables a partir de salmuera”.
Asimismo dio cuenta de que la extracción de litio “implica una enorme pérdida de agua y produce una salinización del agua dulce por lo que impone una enorme amenaza para los frágiles humedales altoandinos” que junto “al efecto agregado de contaminación residual de la minería en general, impacta de lleno en el equilibrio ambiental”, a esta situación se “suma un contexto global marcado por un retorno y exacerbación de la competencia entre grandes potencias, donde el control de las cadenas de suministros y el liderazgo de la transición energética ofrecen incentivos no económicos para acelerar la carrera comercial, tecnológica y política por apropiarse de la naturaleza”.
Aguirre criticó “la persistencia del imaginario economicista predominante tanto en propuestas y plataformas políticas liberales como progresistas; donde la noción de desarrollo es reducida a un crecimiento económico signado por un estrecho rango de indicadores orientados hacia la rentabilidad de las operaciones, y no una noción integral de bienestar de la vida humana y no humana”. Y añadió: “Colocar el nombre crisis ambiental en lugar de la etiqueta de cambio climático no solo nos permite reconocer la urgencia y dimensión del desafío actual. Además, nos permite aseverar que el proceso del que somos testigos, partícipes y afectados, reposa en condiciones específicas del sistema-mundo actual y el modelo de desarrollo global vigente”.
Es entonces que “los conflictos de carácter ambiental acaban poniendo sobre la mesa los límites y falencias en la relación entre representantes y representados de nuestro sistema político. Igualmente demanda repensar el rol y estatus dados a la naturaleza, los contornos y contenidos de los modelos de desarrollo y de trabajo, y el lugar de los países del Sur Global en la reorganización actual del sistema-mundo”.
“No se trata de negar la importancia y oportunidades que ofrece el litio y su aprovechamiento. Tampoco de reducir toda crítica a la defensa de una visión anti productiva. Todo depende del poder político y de la movilización social que permita construir procesos productivos con control operativo social y una distribución equitativa de la riqueza generada” concluyó Aguirre, cuya disertación fue realizada en colaboración con Julio Turco, asesor en temas ambientales de la Secretaría de Relaciones Internacionales y Rodolfo Kempf, coordinador de Transición Energética de la Coordinadora Nacional de Trabajadores/as de la Industria (CNTI-CTAA).
Además, Julián Aguirre mantuvo encuentros fraternales con dos aliados y amigos de la CTA-Autónoma, como son la Confederación Coreana de Sindicatos (KCTU), central mayoritaria de ese país: y Sindicatos por la Democracia Energética (TUED, por sus siglas en inglés), integrada por centrales y sindicatos del sector, la cual plantea la necesidad de democratizar la producción, distribución y consumo de la energía a escala internacional, de la cual la CTA-A es fundadora.
Del evento participaron organizaciones de América Latina, África, Asia y Europa.