Maicon Michel Vasconcelos da Silva, secretario de Relaciones Internacionales de la Confederación Nacional de Metalúrgicos (CNM-CUT), expuso sobre la situación de la industria ante dirigentes de diferentes sectores enrolados en la CTA-Autónoma. Llamó “a generar procesos de unidad nacional y regional para fortalecer al movimiento sindical” y sostuvo que “Brasil es la antesala del infierno neoliberal”.
Integrantes de la Coordinación Nacional de Trabajadores/as de la Industria (CNTI-CTAA) participaron este miércoles de una reunión virtual con Maicon Michel Vasconcelos da Silva, secretario de Relaciones Internacionales de la Confederación Nacional de Metalúrgicos (CNM-CUT), para conocer la experiencia del sector en Brasil, el rol de los gremios industriales ante el avance neoliberal, las nuevas tecnologías y la necesidad de internacionalización de las luchas obreras.
Vasconcelos da Silva se refirió al “Proyecto Industria 10 Más” que es “un plan que desarrollamos en la CNM y la CUT mirando a la política brasileña hasta 30 años adelante” y para eso “necesitamos una política industrial masiva de carácter estatal para aumentar la productividad, acabar con la desigualdad en el sector, para que el ser humano esté en el centro de la integración productiva regional” en contraposición con “los neoliberales que nos integraron para ponernos de rodillas”.
El dirigente dijo que es necesario “promover actualización, diversificación e integración en la industria” por lo que destacó “la importancia de un espacio como la CNTI” porque “la clase obrera tiene la obligación histórica de poner en marcha la integración regional, de avanzar contra el capital financiero y de generar un paro general regional contra el neoliberalismo”.
Indicó que “desde 2012 empezamos a desarrollar un proceso de unidad en los sectores de representación de nuestra central, que llamamos Macrosector de la Industria, que es como la CNTI, con la misma propuesta de desarrollar una política conjunta industrial de la clase obrera, no tiene sentido estar separados cuando los capitales transnacionales está unidos”
Especificó que “hoy tenemos cuatro macrosectores: Industrias; Rurales; Comercio, Transporte y Logística; y Sector Público. En Brasil, la industria representa a 7% de la masa trabajadora, 10 millones de trabajadores son representados por este macro sector, desde el que combatimos la tercerización, promovemos la organización del local de trabajo, la salud y seguridad, la igualdad de oportunidad para jóvenes negros, indígenas, mujeres, la integración regional, la campaña salarial articulada porque Brasil es la antesala del infierno neoliberal”.
También realizó un detallado análisis de la industria brasileña de los últimos 50 años, desde el rol nefasto de las dictaduras y el neoliberalismo que “puso en jaque a la industrialización, que no miraba lo científico y tecnológico, cerraba fábricas, realizaba despidos, cercenaba derechos. Para ellos la mejor política industrial era no tenerla y realizaron una apertura comercial sin contrapartida a las grandes transnacionales, todo ese período fue muy penoso para nosotros”.
Subrayó como cambió en 2002 “con las elecciones del compañero Lula cuando se implementó una política democrática-popular que empezó a retomar el crecimiento de la industria nacional, con más inversión en el sector, con un espacio para que los trabajadores se especialicen dentro y fuera del país, para adquirir la expertiz necesaria para desarrollar la producción nacional. Ese desarrollo que fue conquistado en el periodo Lula hasta el golpe a Dilma Rousseff en 2016”.
Sobre este tema, apuntó contra los medios de comunicación concentrados “ustedes con Clarín, nosotros con O Globo, en el ataque y caída “de los gobiernos de izquierda”. Y graficó: “En junio 2013 se hablaba en Brasil de una primavera árabe, los empresarios fogonearon esas marchas para derrocar a los gobiernos, hubo mucha inversión extranjera, capitalista, como la de Steven Banon (un ejecutivo de medios ligado a Donald Trump recientemente encarcelado) para derrocar a Dilma. En este proceso el gobierno del PT aprobó dos cosas peligrosas: la ley de seguridad nacional basada en los principios estadounidenses de lucha contra corrupción y un cambio de la política económica con guiños al capital financiero. Ya no pudimos gobernar. Así se inició el golpe parlamentario-judicial-mediático-militar y el ataque a la clase trabajadora con reformas laborales, tercerización, cierre de sindicatos y con la ley de seguridad nacional empiezan a criminalizar a los movimientos sindicales en Brasil. Hay un proceso de toma de los recursos naturales de Brasil por los capitales trasnacionales, especialmente de EE.UU., que cierra el desarrollo nacional”.
“Ellos no dieron un golpe para darnos el poder de nuevo”, sostiene Vasconcelos da Silva. “Mediante mensajes por whatsapp, fake news, la guerra hibrida se lleva a Jair Bolsonaro al poder, pero lo principal la causa Lava Jato orientada a criminalizar partidos de izquierda, a los movimientos sociales y encarcelar a toda la línea sucesoria de Lula y Dilma. Lula ganaba la elección, incluso desde la cárcel, por eso el golpe institucional, con la Suprema Corte involucrada que impide a Lula ser candidato. Ahora el máximo tribunal de Justicia admite que hubo persecución a lula. Y hoy sufrimos a un gobierno neofascista”.
En referencia a la situación política regional el líder sindical brasileño afirmó que “Argentina es hoy un oasis de democracia en Sudamérica. Alberto Fernández pone plata en bolsillo de los trabajadores. Bolsonaro es todo lo contrario no cuida ni la economía ni la vida”.
Sobre la pandemia de Covid-19 dice: “Hoy no sabemos nada del coronavirus por parte de los organismo oficiales. Hay un apagón de información en Brasil. Dicen que hay 123.000 muertos, pero posiblemente sean un millón; hay 4 millones de infectados, pero basados en la subnotificacion podemos hablar de 40 millones. Se incrementaron un 37% los asesinatos de la policía en este periodo de pandemia: asesinato de líderes sociales, sindicales, afros, indígenas, hablamos de un asesinato cada dos días”.
“Transitamos esta pandemia con recortes a la salud, de rodillas, con una Ministro de Salud que es veterinario, con una necropolítica, una política de muerte, una política genocida de bolsonaro. Con más de 26 millones de desempleados”, lamenta.
Diego Seimandi, trabajador y dirigente de Astilleros Río Santiago “agradeció a Maicon y a los metalúrgicos de Brasil por la solidaridad con nosotros durante el gobierno de Mauricio Macri en la que generamos una mancomunidad impresionante, una camino que emprendimos juntos. Lo que ellos están pasando ahora es lo que vivimos con Macri, la persecución al sindicalismo. El camino es la unidad, la lucha y el trabajo”.
Finalmente, Adolfo Fito Aguirre, secretario de Relaciones Internacionales de la CTA-Autónoma y coordinador de la CNTI sostuvo: “Nos une historia de lucha, cuenten con nosotros para trabajar juntos contra el fascismo en Brasil y ojalá que podamos recomponer las fuerzas en favor de la democracia”.
Y propuso una agenda conjunta para que “en octubre, noviembre o diciembre realicemos un encuentro con compañeros y compañeras de Brasil, Uruguay, Paraguay, México, y Chile, para fortalecer el internacionalismo, porque la disputa es en el continente y no solo con EE.UU. sino con China, ambos piensan en términos capitalistas, y la clase obrera debe trabajar en políticas soberanas nacionales y regionales”.