Los BRIC: ¿10 años de qué?

Se cumplen por estos días los diez años de la aparición en escena del término BRIC, en referencia refiriéndose a los países emergentes que tendrían una importancia relevante en la esfera económica mundial. El grupo está compuesto, desde su origen, por Brasil, Rusia, India y China, a los cuales se presenta como las potencias de “economías emergentes” que tendrán relevancia a futuro.

Se cumplen por estos días los diez años de la aparición en escena del término BRIC, en referencia refiriéndose a los países emergentes que tendrían una importancia relevante en la esfera económica mundial. El grupo está compuesto, desde su origen, por Brasil, Rusia, India y China, a los cuales se presenta como las potencias de “economías emergentes” que tendrán relevancia a futuro.

Estos cuatro países representan el 40 por ciento de la población mundial (unos 3 mil millones de personas), abarcan un 26 por ciento del territorio y poseen 15 por ciento del Producto Bruto Interno (PBI) mundial. Además, tienen en la actualidad las reservas de dólares más amplias del mundo, sumando en su conjunto unos 4.000.000.000.000, con el liderazgo de las reservas chinas.

Durante el 2009, los países del BRIC fueron los receptores del 17 por ciento de la Inversión Extranjera Directa (IED) del mundo, representando esto una nueva marca histórica para países del subdesarrollo. La relevancia económica y política de los países del BRIC es innegable. Sin embargo, subyacen preguntas con respecto a su dinámica como bloque con acuerdos comunes y perspectivas compartidas a futuro.

Hacia fines de 2001, el economista en jefe de Goldman Sachs Jim O’Neill, publicó un artículo en el que por primera vez se hacía referencia a los BRIC como grupo a tomar en cuenta en las futuras decisiones económicas y políticas. Desde esa publicación en adelante, la terminología se popularizó en los ambientes de inversores internacionales, impulsado fuertemente por el propio Goldman Sachs. Entre otras efectos, esta denominación convirtió a O’Neill en una “estrella de rock” de los inversores y economistas globales que lo promueven como un visionario del futuro de la economía.

Parece más una estrategia novedosa y exitosa para Goldman Sachs de posicionarse y marcar la pauta sobre las inversiones en el mediano y largo plazo, que el llamamiento a reorganizar el tablero político mundial. Una década después de su creación subsisten dudas con respecto al funcionamiento de los BRIC como grupo capaz de influir en el armado de la economía global y de promover la políticamente correcta “multipolaridad”.

Si bien se han llevado a cabo tres cumbres de presidentes, en 2009, 2010 y 2011, y sucesivas reuniones de ministros de finanzas, los BRIC no han podido acordar una política común. Más allá de estar de acuerdo en la nueva y necesaria multipolaridad, al menos en la retórica, en la práctica existen importantes diferencias entres estos países.

Entre las más relevantes las hay políticas y económicas. Por un lado, pese a acercamientos recientes, China e India tienen una disputa política histórica en la zona, reforzada por la disputa territorial en los Himalayas, donde todavía no hay una frontera establecida reconocida por ambas partes. En el plano de Afganistán y en el apoyo indirecto de China a la política de Pakistán, se plasman muchas de estas disputas. Por otra parte, Rusia presenta creciente preocupación ante la avanzada de los intereses chinos en Siberia, que lo llevó a reforzar militarmente la zona. También es creciente la disputa económica con Brasil, que mientras avanza la recesión global ve como la competencia china afecta su propia producción industrial.

La mejor forma de expresar la falta de un consenso mínimo, de los BRIC es la presente crisis mundial. En el contexto de una Europa en recesión, se produjeron sendas reuniones de ministros de los países del BRIC, que generó expectativas con respecto a la intervención de estas economías. Esta expectativa resultó infundada, ya que no hubo un acuerdo concreto con acciones comunes de intervención. Como para remarcar más la orientación, el único pedido común de los BRIC fue mayor participación en instituciones financieras, con eje en el FMI, y la utilización de éstas como elementos de intersección ante la crisis. Si el replanteamiento del esquema de poder viene por ese lado, entonces no quedan muchas esperanzas.

Por último, destacar que el Índice de Desarrollo Humano medido por el Programa para el Desarrollo de las Naciones Unidas, marca que China e India, quizás las dos grandes potencias emergentes y con mayores posibilidades de imponer su voluntad, al menos por su escala, son también los de más bajo IDH, China en la posición 100 e India en el puesto 134. Esto demuestra que el modelo de acumulación, a pesar de mejoras en especial en el caso de China, contiene todavía deudas sociales importantes. De manera similar, Brasil y Rusia presentan serias deficiencias socioeconómicas. La conflictividad social producida por las grandes desigualdades y la masividad de la pobreza en estos países es un dato no menor a tomar en cuenta en el futuro próximo.

Llevamos ya una década de la aparición de los BRIC, sugerida por Goldman Sachs. Los grandes beneficiados parecen ser hasta el momento el propio banco de inversiones y su economista estrella Jim O’Neill. Hay una esperanza latente aún que estos países aprovechen la crisis actual para pujar por una mayor multipolaridad e incrementar el rol de las economías emergentes. Visto lo hecho hasta el momento, no parece ser este el camino tomado. Las contradicciones como grupo y las propias internas que tiene cada uno de estos países lleva a preguntarse, honestamente, ¿para qué sirvieron los BRIC?

Esta nota es un resumen de los puntos y conclusiones más importantes del Informe de Coyuntura “Los BRIC. ¿Ingenio de marketing o nueva arquitectura económica?”, producido por esta Secretaría y accesible a través de nuestra web: http://www.ctainternacionales.org/?p=474

(Bruno Dobrusin: 06.12.2011)

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