Analistas internacionales disertaron sobre el auge de la extrema derecha en Brasil

La CTA Autónoma, en el marco de la Confluencia “FueraG20/FMI” y las acciones de la central contra el G20 y el FMI en Argentina, realizó la charla-debate “Presente y futuro de Brasil: Bolsonaro y los desafíos para la democracia de la región”, que contó con la presencia de Janeslei Albuquerque, secretaria de Relación con Movimientos Sociales de la CUT Brasil; Gustavo Codas, economista paraguayo miembro de la Fundación Perseu Abramo/PT Brasil y Mariano Vázquez, periodista especializado en temas internacionales.

La apertura del encuentro, al que asistieron militantes y dirigentes de la CTA-A, estuvo a cargo del secretario de Relaciones Internacionales, Fito Aguirre, quien manifestó “la necesidad analizar la actual coyuntura sudamericana como el ascenso al gobierno del ultraderechista Jair Bolsonaro, los peligros que esto constituye para la clase trabajadora y que se enmarca en una oleada regresiva para los pueblos del Cono Sur, de la que no es ajena la presencia del G-20 en la Argentina”.

El dirigente subrayó la presencia en la sede de la central obrera de “tres cuadros políticos de calidad para entender que implica un gobierno de Bolsonaro no solo para Brasil, sino también para la Argentina, la región sudamericana”.

“La mentalidad esclavista no fue superada en Brasil”

Janeslei Albuquerque, secretaria de Relación con Movimientos Sociales de la CUT Brasil, docente universitaria y especialista en educación analizó el peligro que representa Bolsonaro desde esa perspectiva.

La dirigente destacó que “en 13 años de gobierno del Partido de los Trabajadores (PT) se crearon  18 universidades, contra 36 construidas en 100 años. Somos el país más atrasado del continente en educación, por eso cuando (el expresidente) Lula Da Silva empieza una política de abrir la universidad a los negros, los pobres, los indígenas, a los excluidos de siempre, la clase media y alta, las elites universitarias se opusieron”.

Alburquerque traza una analogía con la sanción de la ley que otorga derechos laborales a las domésticas (por cierto, Bolsonaro votó en contra de esa norma en el Congreso): “Fue un escándalo para la clase media que las mujeres trabajadoras del hogar tuvieran derechos, lo mismo que lo pobres accedieran a la educación superior”, comparó.

“Tuvimos cuatro siglos de esclavitud en Brasil, la mentalidad esclavista no fue superada, los cambios realizados por los gobiernos petistas calaron hondo al espíritu esclavista de la clase media. La universidad pública nunca fue un proyecto del pueblo, fue un proyecto de las elites. La salud pública nunca le importó a los ricos, de hecho quieren dejar a 150 millones de brasileños sin cobertura universal, ese es el proyecto de Bolsonaro.  Es en esta sociedad en la que Lula y Dilma Rousseff han hecho estos cambios sociales”, enumera.

La referente cutista explica por qué el fascismo en Brasil ha ganado esta elección: “El hijo de la empleada entrando a la universidad al igual que el hijo del patrón, el pobre viajando en avión, el pobre accediendo a bienes de consumo. Esa tentativa de tratar de cambiar Brasil tuvo una reacción brutal por parte de las elites brasileñas. No toleraron que el PT le diera voz y derecho a las mujeres, a las grupos LGTBI, indígenas, negras, medioambientales”.

Y se refiere también al odio a Lula: “Desde que está en la vida política fue atacado porque no soportan que un esclavo levante la cabeza, no soportar que un esclavo ocupe la Casa de Gobierno, no toleran que un obrero, un nordestino haya sido el mejor presidente de la historia de Brasil, que haya sido el que mejor representó a Brasil en el mundo”.

De a Macri a Bolsonaro

El economista Gustavo Codas afirmó que el fracaso de la presidencia de Mauricio Macri “con su intento de gobierno de derecha híbrido llevó a los principales bancos, grupos empresariales, a las altas cúpulas a apoyar a Bolsonaro bajo la premisa ´para las reformas que necesitamos hacer, precisamos que el presidente sea Pinochet´”, en referencia al dictador chileno que asoló ese país entre 1973-1990.

Para este miembro de Fundación Perseu Abramo del PT “Bolsonaro tuvo cinco apoyos para llegar a la Presidencia: 1) los empresarios, 2) los militares, 3) movimientos sociales como por ejemplo los que se movilizaron durante el paro de los camioneros, 4) las redes sociales y sobre todo el whatsapp, porque la fase final de la elección fue decidida ahí, 5) y  Estados Unidos y su alianza con el Poder Judicial con la nueva doctrina para combatir crímenes de cuello blanco”.

Sobre el punto cinco, el analista despliega una tesis novedosa: “Para Estados Unidos un partido político que lava dinero es un organización criminal, esa acusación busca, en este caso, hacer desaparecer al PT. La nueva alianza entre las Fuerzas Armadas y el Partido Judicial para criminalizar al lulismo se completa con la llegada al Poder Ejecutivo del ejecutor en Brasil de esta nueva doctrina, el juez Sergio Moro cuyo objetivo será armar un estado policíaco de nuevo tipo, por ejemplo, ahora quieren ampliar el concepto de terrorismo para desaparecer a los movimientos sociales”.

“Estamos frente a un hecho que no estaba en nuestra hipótesis, ni el centro ni la derecha ni la izquierda esperaba este fenómeno que fue derretimiento del centro y que la derecha sea liderada por la extrema derecha. Van a aplicar una campaña neoliberal privatista, la tentación de Bolsonaro en la dificultad de su agenda será la violencia, la represión, el autoritarismo, será un gobierno con gran turbulencia, con muchas contradicciones y el unificador es el odio al PT”, analiza Coda. Y agrega: “Hay un brote de fascismo, y hay material para continuar la disputa en condiciones muy difíciles, ya que entramos en un período político diferente, necesitan neoliberalismo con fascismo, al estilo Donald Trump”.

“La alianza mediática-judicial inoculó el virus del odio”

El periodista Mariano Vázquez explicó el origen del odio contra el PT del entramado judicial-mediático: “Durante los 13 años de gobiernos del Partido de los Trabajadores 38 millones de personas salieron de la pobreza, accedieron a bienes y servicios, tuvieron tres platos de comida en su mesa, enviaron a sus hijos a la escuela, accedieron a créditos blandos para vivienda, autos, emprendimientos. Se crearon 18 universidades federales y la matriculación fue, por lejos, la de mayor crecimiento en toda la región, con una suba del 275 por ciento en poco más de una década. Hubo incentivos, becas y la puesta en marcha de cuotas raciales para sectores históricamente excluidos de las casas de altos estudios, como los negros, indígenas y pobres. Este empoderamiento no fue tolerado por las elites”.

El coordinador de Comunicación de la Secretaría de Relaciones Internacionales de la CTA-A afirmó que “al rol nefasto de los medios de comunicación concentrados, el Poder Judicial, las Fuerzas Armadas y las iglesias evangélicas que insuflaron en el pueblo un odio ciego al PT y a su proscripto líder Lula da Silva, se sumó el del empresariado. La campaña de Bolsonaro fue millonariamente financiada por compañías que compraron mensajes masivos para difundir por WhatsApp noticias falsas de toda índole, en especial contra el PT y sus candidatos Fernando Haddad y Manuela D´Avila. Bases con datos de usuarios fueron vendidas por agencias de estrategia digital con un alcance de unas 50 millones de personas. Se trata de un crimen electoral”.

Vázquez también dio cuenta del descrédito que la democracia tiene para los brasileños: “En mayo se publicó un estudio nacional realizado por el Instituto Nacional de Ciencia y Tecnología (INCT) – Instituto Democracia y la Comunicación Belo Horizonte-Brasília-Campinas-Rio de Janeiro. La encuesta denominada  “El rostro de la Democracia en Brasil satisfacción con la democracia y coyuntura política en Brasil. Consultados sobre el nivel de satisfacción con el funcionamiento de la democracia en Brasil. Apenas el 19,4% de lo os brasileiros afirmaron estar “muy satisfechos” o “satisfechos”. Los datos de 2018 representan una caída significativa de casi 20 puntos con relación a la encuesta desde 2014 (38,9%). Analizando la serie histórica es posible observar un crecimiento de los niveles de satisfacción entre 200

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