Es de esperar que los trabajadores y trabajadoras belgas se sumen en masa a la huelga general convocada este lunes 15 de diciembre en todo el país, para protestar contra las medidas adoptadas por el Gobierno federal de centro-derecha y calificadas de “antisociales”.
epresenta el punto culminante de un mes y medio de acciones sindicales y de tres semanas de huelgas rotatorias a través de las distintas regiones del país.
Tras la investidura del nuevo ejecutivo belga el pasado 11 de octubre, los anuncios de recortes presupuestarios se han sucedido y el descontento va en aumento.
De la salud a las prestaciones de desempleo, pasando por la cultura y el poder adquisitivo, la coalición liderada por el liberal francófono Charles Michel, y fuertemente marcada por la impronta de los nacionalistas flamencos de la NVA, rápidamente se ha ganado detractores entres las filas del movimiento sindical, y entre la población en general.
En la línea de mira de los huelguistas figuran prioritariamente las medidas que afectan al empleo y al poder adquisitivo.
La indexación salarial, una práctica que consiste en ajustar los salarios y las prestaciones sociales en función del coste de la vida, permitiendo así a los ciudadanos preservar su poder adquisitivo, sobre todo en tiempos de crisis, será suprimida durante un año. Las empresas afirman que esta práctica representa un “hándicap”.
La indexación permitió concretamente que Bélgica evitase una bajada del poder adquisitivo durante la crisis, al contrario que la mayoría de los países de la UE.
Aunque el Gobierno asegura que esta supresión (el denominado “saut d’index”) será “social” porque no afectará a los ingresos más bajos, los trabajadores belgas, y por supuesto los sindicatos, no están en absoluto convencidos.
Céline, 23 años, joven maestra de primaria en Bruselas, que apenas está en los inicios de su carrera profesional, hizo partícipe a Equal Times de sus inquietudes y las razones que la llevan a hacer huelga a pesar de la pérdida salarial que ello supone:
“El 8 de diciembre, no pude desplazarme hasta mi lugar de trabajo porque los transportes públicos no funcionaban, pero este lunes 15 de diciembre, he decidido hacer huelga, porque me preocupa el hecho de que supriman la indexación salarial y que el coste de la vida no pare de aumentar. ¡Esta supresión de indexación penaliza a los trabajadores!
“Comprendo que sea necesario trabajar más tiempo porque la esperanza de vida aumenta, pero no estoy de acuerdo con trabajar más para ganar menos”, añade.
La extensión de la edad de jubilación hasta los 67 años es otro de los puntos que preocupa a los trabajadores, jóvenes y menos jóvenes, sobre todo en determinados oficios particularmente duros.
“Es comprensible que la edad de la pensión se atrase, pero no por ello resulta menos inquietante, teniendo en cuenta que apenas estoy empezando mi carrera profesional y me gustaría saber hasta qué edad tendré que trabajar. Los maestros y las maestras trabajamos en clases ya de por sí numerosas y que no paran de aumentar. Me cuesta trabajo imaginarme a los 65 años delante de una clase de 25 niños”.
Desempleados “al servicio de la comunidad”
Los trabajadores a tiempo parcial, los trabajadores de más edad, o incluso los beneficiarios de prestaciones sociales, no escaparán a las reformas del nuevo Gobierno, reformas “que no harán sino aumentar las desigualdades” según estiman los sindicatos belgas.
Así pues, algunos trabajadores a tiempo parcial que reciben de momento un complemento del paro verán dicho complemento limitado en el tiempo, medida que afecta principalmente a las mujeres, 88% según el partido Ecologista en la oposición.
Si la reducción gradual de las subvenciones de desempleo había sido ya aprobada durante la anterior legislatura, provocando la cólera de los sindicatos, este Gobierno ha introducido una nueva medida altamente controvertida: el servicio a la comunidad de los parados tras dos años de percibir una indemnización, a razón de medio día por semana y con riesgo de suspensión de las subvenciones si la “oferta” fuese rechazada por el parado, como indica el acuerdo del Gobierno.
Una reforma que provoca descontento, y no sólo a la izquierda. Un estudio del Instituto de estudios económicos y sociales de la UCL denunció ya los efectos negativos de tal medida en el mes de septiembre.
Aunque está previsto un seguimiento masivo de la acción de huelga este lunes, una buena parte de la sociedad belga se declara totalmente en contra.
Testimonio de ello es una página Facebook dedicada a todos aquellos que irán a trabajar el 15 de diciembre que ha recibido más de 34.000 “likes” y una enorme publicidad en los medios de comunicación belgas.
Creada por Nicolas Degrave, director de empresa, reúne esencialmente a independientes que consideran que las huelgas “toman como rehén al empleo” y resultan perjudiciales para el crecimiento económico.
Para los que se oponen a la huelga, hay que “dar una oportunidad” al nuevo Gobierno para que “demuestre su eficacia”, según podemos leer en la página y en la prensa citando a Nicolas Degrave.
Los “pro-huelga” no tardaron en replicar virtualmente a través de páginas Facebook o en Twitter, donde los debates se multiplican entre los dos bandos.
Une confrontación que deplora nuestra joven maestra, que nos confía al finalizar nuestra entrevista que “no es así como conseguiremos que el Gobierno nos escuche”.