La CTA formará parte de Comite Ejecutivo de la CSI Entrevista al Presidente de la CSI Joao Felicito

El III Congreso de la Confederación Sindical Internacional ( CSI), terminó el viernes ( 23 ) con la elección del profesor João Antonio Felicio la presidencia de la organización, que representa a más de 180 millones de trabajadores y trabajadoras en todo el mundo. Elegido por unanimidad por el Consejo de 1.500 delegados de 161 países presentes en Berlín, el presidente y el secretario actual, ex de Hacienda por el Centro de Asuntos Internacionales, será el primero de Brasil y de América Latina para presidir la CSI.

El III Congreso de la Confederación Sindical Internacional ( CSI), terminó el viernes ( 23 ) con la elección del profesor João Antonio Felicio la presidencia de la organización, que representa a más de 180 millones de trabajadores y trabajadoras en todo el mundo. Elegido por unanimidad por el Consejo de 1.500 delegados de 161 países presentes en Berlín, el presidente y el secretario actual, ex de Hacienda por el Centro de Asuntos Internacionales, será el primero de Brasil y de América Latina para presidir la CSI.

También fue electa María Fernanda Carvalho de UNTA Angola como Vicepresidenta de la CSI y Sharan Burrow continuará como secretaria general de la CSI. Como dato saliente y a partir de la política internacional que la CTA viene llevando a cabo, Adolfo «Fito» Aguirre en este nuevo proceso de mandato por primera vez formará parte del Comité Ejecutivo de la CSI.

-¿Cuál es su evaluación sobre las elecciones a la Presidencia de CSI?

- Hubo una participación masiva de la Central sindical de todos los continentes en la definición de la candidatura y, posteriormente, en las elecciones. Por el sistema de rotación desplegado en CSI, esta fue la vez de las Américas, así que antes de definir el nombre, consensuamos con África, Europa y Asia Central la necesidad de ampliar la representación en consonancia con el momento político que vivimos. Inicialmente debatimos internamente en articular y recibió el apoyo de la Força Sindical, General Unión de trabajadores (UGT) y la Confederación Nacional de las profesiones (CNPL), brasileño de plantas que integran con nosotros la CSI. Este proceso de diálogo y consulta terminó generando una enorme expectativa, porque por primera vez a América Latina, América del sur, se llega a la Presidencia de la entidad principal mundo obrero. Representamos el deseo de cambio expresado por cientos de centrales, que quieren que los avances en la política y una gestión más participativa en CSI.

-¿Cómo estos aportes se pondrá en práctica?

- Tengo amplia experiencia en la construcción de consenso. CSI tiene regional en los cinco continentes y quieres oír toda definición previa de cualquier política. Toda Unión Central merecen un tratamiento igual, independientemente de su tamaño o su línea política. Creo que, con esta línea de acción, cambiando las prácticas, cultura y pensamiento, vamos a ayudar a construir una entidad efectivamente más cerca de las necesidades de las bases, más presente en las luchas de los trabajadores.

-Una de las acciones puestas en circulación en el corte se llama «consenso progresista». ¿Puede ser una alternativa para aplicar este cambio en CSI?

- Las historias, los conceptos y las prácticas de cada central son diferentes, así como sus posiciones políticas. Por amplitud y representatividad, la CSI tiene que oír y escuchar mucho, aprovechar la riqueza de esta diversidad para convertirlo en una fuente permanente de energía. No todo lo que creo que es consenso, no todo lo que el otro piensa es igual. Pero nadie puede encontrar al verdadero dueño o adoptar posturas de impuesto que no refleja la media de las entidades afiliadas. Esta es la mejor manera de avanzar, agregando, caminando juntos. Debemos incorporar todas las contribuciones, no podemos ignorar a nadie. De esta manera estamos construyendo, progresivamente, el consenso.

-¿Cuál es su evaluación sobre el papel de CSI en un contexto de deterioro económico, particularmente en los países centrales del capitalismo. ¿Qué hacer?

- Estamos viviendo en uno de los peores momentos de nuestra historia, donde los trabajadores en la mayoría de los países están siendo afectados por las reformas neoliberales que representan crisis de inseguridad, desempleo y salarios. Son medidas de privatización, desreguladoras, y que destruyen el estado, aplicado desde una fuerte alianza entre grandes empresas – ya sea financiera o de las multinacionales y los gobiernos. Así como organismos internacionales tales como el G-20, el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional están alineados, presionando a los gobiernos para ceder a sus directrices, hay que sumar el que resiste a esa lógica, eso debe cambiar. Esta unidad permanente entre los gobiernos neoliberales y la capital ha afectado la democracia, provocando el crecimiento de grupos de ultraderecha y fascistas en muchos países. Por eso el CSI debe ser consciente de esta disputa, fomentar campañas para poner en el movimiento de la clase obrera. Hay pocos países en los que estamos logrando mantener puestos de trabajo, salarios y derechos con aumento real. El Brasil es uno de ellos. Para ello es necesario ir más allá de la agenda de trabajo, necesitamos un nuevo modelo de desarrollo que es sostenible, dar prioridad a la distribución del ingreso y la justicia social. Es necesario tener claro contra quién luchamos, estamos haciendo una opción política por un modelo que representa el mundo del trabajo.

-¿Cuáles son las principales contradicciones que se afrontan?

- Yo creo que es la creciente concentración de la renta. Es inaceptable que en el siglo 21, tenemos una pequeña elite de 300 multimillonarios con más recursos que los seres humanos 3 billones, la mitad de la población mundial. Esta injusticia ha sido motor de la guerra y debido a los enfrentamientos, con cientos de miles de muertes en todo el planeta. Creo que esa imposición de grandes fortunas, legados y transacciones financieras sería un paso importante, porque le daría a las condiciones de los Estados para garantizar las políticas públicas, tales como salud, educación y seguridad. Los recursos existen, pero están en muy pocas manos. También tenemos que aumentar los salarios en el mundo desde entonces se han reducido en todo el mundo. Nunca oí que una empresa ha quebrado en la nómina de sus empleados.

-Otro punto importante que se discute en el Congreso de CSI es el impacto de los acuerdos de libre comercio en el mundo del trabajo. ¿Cuál es tu opinión?

- Los TLC han representado a los intereses de orden transnacional, con impactos muy negativos para nuestras economías que generalmente terminan siendo reducido para plataforma de mano de obra barata y de productos primarios de exportación. Bajo el mantra de la competitividad de nuestras economías, los defensores del TLC abogan por la reducción de los derechos sociales y laborales. Es que un círculo vicioso es perjudicial, es como estamos cavando más profundo y más profundo en el foso de la desigualdad y la injusticia. Este es un debate que debe profundizarse, como son los ejemplos de los efectos devastadores de tales prácticas. Queremos integrar económica, política, cultural y social, con respecto a la soberanía y la democracia de cada país.

-Dado el tamaño de este reto, ¿cuál es la importancia de la democratización de los medios de comunicación?

- La prensa en todo el mundo es profundamente antidemocrática, con agencias de noticias de convertirse en un monopolio, un folwark, que no trabajan para consolidar la democracia, sino para defender a intereses muy definidos, intereses de clase. El movimiento sindical que sabe porque sufre continuamente ataques para defender los derechos, empleos y salarios decentes, una agenda que contraviene la retirada propuesta por grandes anunciantes de estaciones de periódicos y revistas, radio y televisión. Creo que para avanzar, la CSI tendrá que afinar y crear nuevas herramientas de comunicación, intercambio de experiencias y el empoderamiento de las entidades afiliadas por diferencias políticas e ideológicas, para que sus acciones tengan resonancia y prensa empresas y gobiernos. El CSI es una nueva organización y mucho necesita ser mejorada, principalmente al diálogo con los jóvenes, incorporando estas decenas de millones de jóvenes que llegan anualmente al mercado laboral con el fin de integrar la lucha. Lamentablemente los medios de comunicación actúa como un partido político, como un brazo del capital para alienar y desinformar, para ver la enorme potencialidad de fuerza colectiva, exacerbando el individualismo. Así, junto a la lucha por la democratización de las comunicaciones en cada país, que necesitamos construir y mejorar nuestros propios medios.

Entrevista realizada por Leonardo Wexell Severo, compañero de la CUT de Brasil.

* Equipo de Comunicación de la CTA Nacional
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