El 4 de diciembre del 2013 visitaron la CTA, compañeros trabajadores de la electricidad de Colombia organizados en el sindicato histórico de SINTRELECOL fundado en el año 1975. Fernando Riaño Cuhillos, Saul Nova Sánchez y Jaime Pinzón conversaron con Adolfo «Fito» Aguirre, secretario de Relaciones Internacionales de la CTA, y relataron la situación laboral que viven el su país.
El 4 de diciembre del 2013 visitaron la CTA, compañeros trabajadores de la electricidad de Colombia organizados en el sindicato histórico de SINTRELECOL fundado en el año 1975. Fernando Riaño Cuhillos, Saul Nova Sánchez y Jaime Pinzón conversaron con Adolfo «Fito» Aguirre, secretario de Relaciones Internacionales de la CTA, y relataron la situación laboral que viven el su país.
La empresa eléctrica que abastece el servicio de electricidad a todo Colombia en el año de 1993 vendió el 49% de sus acciones a capitales Italianos y se reestructuró en tres grandes empresas, EMGESA, responsable de la generación de energía, CODENSA distribuidora y comercialización y en una tercera en manos del Estado, quien es responsable de la administración y en el transporte de energía y gas. Dicho grupo hoy comercializa con Perú, Guatemala, Ecuador y Brasil. Convirtiéndose en una de las empresas de mayor rentabilidad en comercialización de energía en Latinoamérica.
Pero como la mayoría de la empresas Multinacionales instaladas en nuestro continente sus practicas fue en detrimento de los trabajadores de la electricidad con las practicas instaladas devenidas del Neoliberalismo con sistemas de contratación de empresas terciarizadas que a su vez sub-contratan la mano de obra con contratos con salarios hambreadores por debajo del salario mínimo.
Hoy la empresa posee aproximadamente 15.000 trabajadores de los cuales el 85% se encuentran en esta situación, Jaime Nova nos relato que los empleados no pueden organizarse ya que al son automáticamente despedidos o sus contratos son suspendidos y que en el mejor de los casos son trasladados a zonas donde los trabajadores deben realizar largas horas para llegar a sus lugares donde son reasignados; las jornadas laborales en ocasiones están en las 12 horas diarias, sin el pago de las horas extras, sin convenio colectivo de trabajo, donde el ministerio de trabajo mantiene convivencia con dichas empresas haciendo caso omiso a las demandas de los trabajadores.
Además bajo el gobierno de Uribe decreto que dichas labores son considerados por el Estado como “servicio esencial” quitando así la principal herramienta de los trabajadores que es el derecho a la huelga. A su vez la empresa puso en funcionamiento un “único código de conducta” donde los trabajadores se ven extorsionados y presionados para que no se organicen y violando todo derecho de libertad sindical.
“La situación es desesperante no solo por la empresa sino también por el propio estado que es socio de esta empresa y deja a los trabajadores en las mismas condiciones del colonialismo. También hay que saber que en Colombia la practica sindical es una las actividades mas riesgosas del mundo donde trabajadores organizados son perseguidos por el propio estado y por grupos paramilitares sostenidos por el sector empresarial. Hoy pertenecer a un sindicato en Colombia significa en Colombia poner en riesgo nuestras vidas”, explicitó el compañero Jaime Pinzon.