El 20 de noviembre se volvió a sentir, después de muchos años, lo que significa un día de Huelga General. Esos días que o porque se para conscientemente o porque no se puede ir al laburo, casi nadie trabaja. Esos días que no son domingos ni feriados, sino días no laborables por decisión del movimiento obrero
En el 20N se volvió a sentir, después de muchos años, lo que significa un día de Huelga General. Esos días que o porque se para conscientemente o porque no se puede ir al laburo, casi nadie trabaja. Esos días que no son domingos ni feriados, sino días no laborables por decisión del movimiento obrero.
El paro nacional del 20 de noviembre convocado por la Central de Trabajadores de la Argentina (CTA) en conjunto con la Confederación General del Trabajo (CGT) fue un rotundo éxito, logrando paralizar el transporte de todo el país y generando una paralización en la economía nacional.
De acuerdo al estudio del economista Orlando Ferreres, el paro generó pérdidas por $2136 millones de pesos (casi 500 millones de dólares), de los cuáles los sectores más afectados fueron la administración pública, el sistema bancario y el transporte.
El paro se sintió a lo largo y ancho de todo el país, incluyendo manifestaciones masivas en Neuquén, Jujuy, Provincia de Buenos Aires, Misiones y Chaco. La contundencia del paro también se vio expresada en la adhesión a la medida de trabajadores de sectores cuyos líderes sindicales no apoyaron la medida. Este fue en especial el caso con el sector docente y de trabajadores del metro de Buenos Aires.