La lucha del pueblo saharaui es una pelea por el derecho a la autodeterminación y a la independencia. Reclamo histórico que la CTA apoya y por el que el martes 22 realizará un encuentro en su sede nacional para establecer acciones y estrategias en pos de que la Argentina reconozca a la RASD.
La lucha del pueblo saharaui es una pelea por el derecho a la autodeterminación y a la independencia. Reclamo histórico que la CTA apoya y por el que el martes 22 realizará un encuentro en su sede nacional para establecer acciones y estrategias en pos de que la Argentina reconozca a la RASD.
El martes 22 de noviembre, a las 14, se realizará en la sala de reuniones de la sede nacional de la Central de Trabajadores de la Argentina, Lima 609, la “Jornada Nacional por el pueblo Saharaui”, con el objetivo de establecer acciones y estrategias en pos de que la Argentina reconozca a la República Árabe Saharaui Democrática (RASD).
Estarán presentes el Ministro de la RASD para las Relaciones con América Latina, Hash Ahmed; y el representante del Frente Polisario para la Argentina, Salem Bachir.
La lucha del pueblo saharaui es una pelea por el derecho a la autodeterminación y a la independencia. El de una nación que desde hace 36 años sufre la ocupación sistemática de su territorio. Es un enclave colonial en el noroeste de Africa.
La República Arabe Saharaui Democrática (RASD) proclamó su independencia de España en 1976, pero luego, sendas ocupaciones de Marruecos y Mauritania (a quien logran expulsar en 1991), la obligaron a luchar por su derecho a la autodeterminación. En 1991 se produjo un alto el fuego y el ingreso de una misión de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), la Minurso, quien debía garantizar la realización de un referéndum para avalar el estatus de nación, sin embargo, en 20 años de presencia jamás la puso en práctica. Con una población de naturaleza nómada que no llega a los 300 mil habitantes los saharauis han sufrido hostigamientos y la violación flagrante de sus derechos humanos.
Desde 1976, cuando Marruecos anexionó el territorio, esta monarquía comenzó a construir un muro (menos publicitado, por cierto, que el que Israel edificó en Cisjordania y el de los Estados Unidos en la frontera con México), que delimita las áreas de control de Marruecos (al oeste) y del Frente Polisario (al este). El muro alcanzó los 2.000 kilómetros de extensión, está sembrado por un campo de minas y custodiado por más de 100 mil soldados apoyados por carros de combate, artillería y aviones. En noviembre de 2010 se produjo un violento desmantelamiento del campamento saharaui de Gdeim Izik por parte de las fuerzas de seguridad de ocupación de Marruecos, con un saldo de 4.500 heridos, 2000 detenidos, y 500 desparecidos, entre ellos 15 niños de los cuales no se sabe su paradero.
Manifestó Adolfo Aguirre, secretario de Relaciones Internacionales: “Necesitamos desplegar una estrategia conjunta para difundir la causa saharaui, que es nuestra causa, y para que la Argentina reconozca a la RASD como nación libre e independiente”.
En ese sentido, Hash Amed, ministro para las Relaciones con América Latina de la RASD explicó la dificultad para que la Argentina reconozca a la RASD como nación “en la fuerte presión que ejerce la Embajada marroquí, que es muy activa, pero Argentina se atrevió a reconocer a Palestina a pesar de la fuerza de Israel, nuestros argumentos son los mismos que Palestina”.
El Ministro recordó que la RASD “tiene relaciones con 84 países del mundo y nosotros hacemos un esfuerzo especial con América Latina, por nuestra identidad latina, nuestros lazos y por ser un pequeño país rodeado de naciones francófonas, árabes e islámicas”.
La nación saharaui tiene relaciones diplomáticas con Uruguay, Paraguay, Bolivia, Venezuela, Perú, Colombia, México, Ecuador, Panamá, Cuba, Sudáfrica, Angola, Argelia y El Salvador, entre otros.
(Mariano Vázquez – Bruno Dobrusin: 16.11.2011)